sábado, 30 de mayo de 2020

LAS FOBIAS DEL COVID-19

"Estrés, ansiedad, depresión e insommio han sido las principales consecuencias del confinamiento"
  • Agorafobia. Esta fobia se refiere al estado de ansiedad que afecta en espacios con límites abiertos e indefinidos. Después del confinamiento, el temor a la vida normal y pública nos podría generar terror al tener que abordad situaciones abiertas sobre las que no tenemos control.
  • Claustrofobia. Es el miedo a espacios cerrados por la limitación de movimientos y la posibilidad de asfixia al no tener bajo control la posibilidad de abandonar el lugar. Podemos temer a los espacios cerrados por la posibilidad de contagio.
  • Demofobia. Fobia hacia las multitudes, miedo a las aglomeraciones.
  • Hipocondría. Enfermedad, cuidados intensivos, muerte... Estos temas que han estado de actualidad en los últimos meses pueden favorecer el incremento de esta fobia vinculada al miedo excesivo a enfermarse.
  • Tanatofobia. Miedo a la propia muerte o a la de seres queridos. El ver y oír que tantas personas se han muerto  nos puede trastornar profundamente.
  • Rupofobia. Miedo a la suciedad. Puede aparecer como consecuencia de la limpieza y la desinfección continua y la desinfección tanto personal como del hogar. Todo esto se extiende al espacio público afectando a nuestra forma de relacionarnos con los demás.
  • Eremofobia o autofobia. Miedo a la soledad, a estar solos con nosotros mismos.
  • Afephobia o haptophobia. Miedo al contacto físico que genera incomodidad y repulsión. Es una fobia a entrar en contacto con otras personas debido al alto riesgo de contagio y a las normas de higiene.
  • Anuptafobia. Miedo a quedarse soltero. Se origina por la presión social que nos "obliga" a tener pareja y del sentimiento que para evitar contagios habrá que esperar un tiempo.

¿QUÉ HACER?

  1. Nada es inmediato. Reanuda tu vida con calma para no generar más ansiedad.
  2. La ansiedad no te acompañará para siempre. Todo esto tiene un final y se puede gestionar.
  3. Habla del tema con tranquilidad y confianza. Esto te ayudará a ser consciente de lo que estás experimentando.
  4. Practica relajación, yoga, meditación...
  5. Usa el humor, ríe y ten cerca a personas que transmiten positividad y alegría.
  6. Si tú solo no puedes solucionarlo, busca la ayuda de un especialista.


domingo, 24 de mayo de 2020

VENCER AL MIEDO POST CORONAVIRUS

"El día a día será diferente a lo que recordábamos y tardaremos en recuperar por completo la normalidad de antes del coronavirus"

Después de tanto tiempo de confinamiento sin poder salir al exterior por motivos de seguridad y para evitar el contagio, se están observando consecuencias a nivel psicológico. El temor al contagio está presente. Muchas personas están experimentando miedo a salir de casa tras la crisis del coronavirus. El uso de mascarillas  para salir a la calle y los protocolos higiénico-sanitarios nos recuerdan a cada instante la dura realidad que  nos ha dejado esta terrible enfermedad. 

La desescalada, es decir, la vuelta a la normalidad de antes de la pandemia, no es tan sencilla como pueda parecer. Nuestra zona de confort o zona segura se ha visto reducida y debemos ampliarla de nuevo, poco a poco. Lo que está claro es que, antes o después, todo el mundo encontrará estrategias para adaptarse a esta situación. En algunos casos lo podrán hacer solos y en otros necesitarán la ayuda de un profesional que los acompañe.


RECOMENDACIONES 

  • Reconoce que tienes miedo e identifica los síntomas. El miedo es una emoción muy común. Cuando el temor nos afecta en lo cotidiano, debemos solucionarlo. Eso no nos hará menos valientes. Si el miedo genera pánico o ansiedad, intentarás evitar ciertos lugares y eso te llevará a tener más miedo. Es importante identificar los síntomas para actuar en cuanto se presenten.
  • Desensibilización sistemática. Es la exposición progresiva a las situaciones que nos provocan miedo. No evitaremos, sino que nos iremos acercando poco a poco a aquello que nos produce temor. En un primer momento podemos hacerlo acompañados por alguien que nos apoye si lo necesitamos. Por ejemplo, primero recorreremos distancias cortas, daremos un paseo, e iremos aumentando poco a poco la distancia. Luego iremos al supermercado, al trabajo, etc.
  • Normalizar los sentimientos de miedo y angustia. Cada uno tendrá que ser capaz de entender sus propias emociones y reacciones. Es importante hablar de lo que nos ocurre con familiares y amigos o, incluso, buscar ayuda profesional si fuera necesario. Los demás deben entender que el miedo es algo normal y no juzgarnos ni restar importancia al problema. Debemos ser compasivos con nosotros mismos y no machacarnos por sentir temor a salir de casa, ya que esto es contraproducente y puede ser el mayor obstáculo.
  • Limitar la información. El coronavirus, a diferencia de otras situaciones y problemas de carácter psicológico, es un temor hacia algo real. Es por eso que se recomienda limitar la información a la que estamos expuestos, ya que las noticias falsas o el exceso de información podrían llevar a incrementar los niveles de miedo y ansiedad. 
  • Establecer nuevas metas cada día. Es importante establecer objetivos personales cada día: dar paseos, salir a hacer deporte durante un tiempo determinado, etc. Seguiremos siempre las recomendaciones higiénico-sanitarias para que el riesgo de contagio sea bajo y mantendremos la distancia social al salir de casa. Buscaremos situaciones agradables, aunque al principio nos pueden resultar incómodas. 
  • Visualizar.   Es una forma de distraer a la mente de los pensamientos negativos y la ansiedad, logrando una actitud más positiva para afrontar aquello que nos produce miedo. Es un pensamiento que involucra todos los sentidos. La visualización funciona porque el cerebro no sabe diferenciar lo real de lo imaginario y provoca una reacción química parecida ante una situación real y otra imaginaria, activando las mismas zonas cerebrales que cuando se realiza la acción.  Practicar la visualización consiste en imaginar la situación con gran lujo de detalles que involucren la percepción de todos los sentidos, emociones y sensaciones.
  • Distractores. Cuando empecemos a sentir miedo, podemos hacer algo que nos distraiga y que nos haga olvidarnos de él. Por ejemplo, podemos escuchar música, tararear una canción, cambiar nuestro pensamiento por otro más agradable, empezar a respirar siendo conscientes de nuestra respiración y de cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo, etc. 
  • Descansar y no tomar cafeína. Reduce el consumo de sustancias estimulantes y descansa lo suficiente (durante el día o durante la noche), para conseguir que tu cuerpo se mantenga relajado y así evitar la tensión muscular que nos llevaría a sentir síntomas relacionados con el miedo y la ansiedad.
Con estos consejos minimizarás tus miedos y ansiedades ante el coronovirus y te enfrentarás a ellos con eficacia. Recuerda que la solución eres tú mismo. En cuanto incrementes tu autocontrol y reduzcas tus niveles de ansiedad, mejorarás y volverás a tu vida habitual pre-coronavirus.

Y si no lo consigues tú solo, busca ayuda profesional.

Re-acciona Psicología te ayuda a mejorar tu vida. 


jueves, 14 de mayo de 2020

COACHING Y PSICOLOGÍA ¿ES LO MISMO?

"El coaching se promociona como lo que no es mientras que la Psicología es una garantía"

Un coach es un experto en habilidades comunicativas que busca que su cliente (coachee) sea capaz de descubrir sus objetivos en la vida. El coach acompaña al cliente y hace todo lo necesario para que los compromisos y metas se alcancen.

El coaching es una metodología técnica que aplica conceptos y bases teóricas de la psicología a casos concretos y los adapta a las necesidades del cliente. Desde hace un tiempo, el concepto de coaching se ha convertido en una labor profesional no necesariamente vinculada con quienes realmente han estudiado a fondo la conducta y los procesos mentales, es decir, los psicólogos.

Últimamente el coaching se está vinculando más con lo espiritual y están creando nuevas etiquetas para que la gente se sienta "grupo". La idea de grupo los hace sentir diferentes y siguen al coach/gurú/predicador sin ni siquiera cuestionarse lo que están haciendo.

La desvinculación del coaching con la psicología ha permitido que personas sin estudios fundamentales sobre la conducta y las técnicas propias de la psicología ofrezcan servicios de coaching sin más validación que algunos cursos de formación privados.

Los psicólogos estudiamos durante años y de forma rigurosa y sistémica todo lo relacionado con la mente humana, el desarrollo de aptitudes y las técnicas y métodos que permiten que una persona mejore y pueda conseguir tanto sus objetivos personales como los profesionales. Además de la formación universitaria reglada, los psicólogos podemos formar parte de un colegio oficial profesional, aceptando un código ético y deontológico común para todos los profesionales del sector, garantizando así la seriedad y confianza en el servicio que prestamos. 

Los psicólogos tenemos una formación específica sobre técnicas comunicativas y  de entrevista, somos expertos en observación y podemos identificar síntomas, problemas o trastornos subyacentes. Poseemos además mayores conocimientos acerca de los procesos psicológicos y esto nos permite interpretar mejor la personalidad del paciente y todo lo relacionado con su ambiente psicosocial y/o laboral.

Los psicólogos también poseemos varios enfoques metodológicos y distintas técnicas con las que tratar al cliente dependiendo de su personalidad y sus objetivos. Podemos aconsejar pautas de actuación, entrenar diferentes capacidades e intervenir sobre las necesidades del cliente.

Los coaches no psicólogos siguen una metodología que se basa en sugerir y posibilitar la vida del cliente a partir de la conversación y el método socrático, pero no pueden intervenir directamente porque no están facultados ni disponen de recursos para ello. 

El coaching, al no regirse por ningún colegio profesional que garantice la buena praxis de sus colegiados,  tienen absoluta libertad para usar métodos de promoción y marketing cuestionables y pueden aplicar tarifas desmesuradas que no se corresponden con la calidad del servicio ni con la preparación del coach.

Los coaches NO PUEDEN TRATAR TRASTORNOS MENTALES. Los trastornos mentales solamente los pueden tratar los psicólogos clínicos y/o sanitarios. Jugar con la salud mental de los clientes es un DELITO. 

En resumen: si lo que buscas es un servicio de calidad que se adapte a tus necesidades y objetivos, contacta con un profesional de la psicología, ya que muchos tenemos conocimientos de coaching y te ofrecemos todas las garantías.

El coach es un árbol sin raíces ni troncos, solamente con los conocimientos que ha leído en libros o lo que ha aprendido en un curso. Te va a cobrar, te va a hacer sentir bien temporalmente, pero no te va a resolver la vida ni te va a solucionar los problemas. Al contrario, puede ser dañino dependiendo del caso por las carencias que posee en sus conocimientos y porque puede pasar por alto cosas importantes para la terapia.

El psicólogo es ese árbol con raíces profundas y llenas de conocimiento y con un gran tronco que sostiene una copa repleta de hojas, que son las múltiples terapias o técnicas que podemos aplicar. Nos seguimos nutriendo del conocimiento científico y, como ciencia, no somos estáticos, sino que seguimos expandiendo nuestras raíces para ofrecer lo mejor y con la mayor garantía.






sábado, 2 de mayo de 2020

CABIN FEVER O FIEBRE DE LAS CABAÑAS

"Cuanto más prolongado sea el confinamiento, más difícil será volver a una vida normal"

El coronavirus nos ha obligado a vivir confinados y ha cambiado nuestras rutinas, haciendo que nos tuviéramos que habituar repentinamente a una situación desconocida que tiene sus riesgos. Unos de ellos es el "Síndrome de la cabaña", "Fiebre de la cabaña" o "Cabin fever", que se da en personas que viven aisladas forzosamente en espacios estrechos, remotos, aislados o monótonos.


En este momento, debido a la crisis actual del coronavirus, se está dando.

Síntomas:

  • Falta de paciencia.
  • Sensación de sentirse enjaulado.
  • Soledad
  • Aburrimiento
  • Frustración
  • Sentimientos de cansancio y fatiga
  • Sentimientos de improductividad e insatisfacción.
  • Ausencia de motivación.
  • Falta de voluntad (abulia)
  • Pérdida de interés o satisfacción por actividades cotidianas (anhedonia)
  • Tristeza o desesperanza.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Reducción de la productividad.
  • Desconfianza y/o suspicacia.
  • Alteraciones del apetito (pérdida o ganancia de peso)
  • Alteraciones del sueño. 
  • Letargo
  • Aislamiento social
  • Irritabilidad
  • Pérdida de deseo sexual.
  • Depresión

Este síndrome no se da en todas las personas. Depende de su personalidad, sus circunstancias, su estilo de vida, sus relaciones sociales, antecedentes personales y familiares, sus estresores, su lugar de control, sus estrategias de afrontamiento y solución de problemas, etc.


Y AHORA EL MIEDO A SALIR DE CASA

Pero si estar en casa es una carga para muchos, para otros lo es el tener que salir a la calle,  ya que se han acostumbrado a estar en su casa, se sienten seguros y no quieren salir. Esto puede afectar a personas de todas las edades, ya que cada uno tiene una visión subjetiva sobre este tema. Afecta sobre todo a personas mayores, algunos adolescentes, niños pequeños y personas hipocondríacas. 

La gente mayor se cree vulnerable. Creen que se puede contagiar, o que se pueden caer y tendrán que ir a un hospital. 

Los adolescentes tienen miedo a la mirada de los demás y, además, hay que cumplir un protocolo encorsetado (mascarilla, distancia social, etc)  y a esas edades no les gusta seguir las normas. Les gusta ir a lugares donde puedan mantener a salvo de miradas su intimidad y su privacidad y eso, ahora mismo, es imposible.

Los niños pequeños tienen miedo porque piensan que el coronavirus es un monstruo. Además, les gusta salir con sus reglas: ir a parques, jugar con los amigos, no ir de la mano... En este caso, los debemos "obligar" a salir a la calle. Les podemos insistir diciendo que nos gustaría que nos acompañasen. El miedo se vence obligándonos a hacer las cosas con  miedo para darnos cuenta de que no pasa nada.

En el caso de las personas hipocondríacas se incrementa la paranoia.

Estas recomendaciones van encaminadas a recuperar una rutina lo más cotidiana posible: vida ordenada, alimentación sana, hacer ejercicio de manera periódica, hacer planes futuros para cuando volvamos a la normalidad, tener contacto con amigos y familiares fuera del núcleo familiar (aunque sea a través de reuniones sociales por videollamada). Lo importante es mantener la conexión con los demás.

Los cuadros más graves del "Síndrome de la cabaña" pueden provocar depresión. Es importante que en este momento seamos positivos y mantengamos contacto social con nuestro círculo más cercano. Si a pesar de todo los síntomas persisten es importante la intervención de un profesional que nos ayude a canalizar los sentimientos negativos.

Es importante no llegar a un estado de pánico. Para prevenir, es importante informarse bien, acudiendo a fuentes fiables que nos digan lo que hay que saber sobre el desconfinamiento: dónde, cuándo y cómo se producirá.

Se recomienda hacer ejercicios de respiración y relajación, que nos ayuden a centrarnos en el aquí y el ahora o buscar a una persona de confianza que nos ayuda a empezar a salir poco a poco y a ir perdiendo del miedo.

En situaciones más graves en las que aparece agorafobia o miedo a espacios abiertos, se sugiere buscar la ayuda de un profesional para volver a la normalidad.







lunes, 20 de abril de 2020

AMOR, SEXO Y CORONAVIRUS



"Sentimos la necesidad de abrazar, besar, tocar y volver a tener sexo"

La cuarentena ha dejado en standby a muchas parejas que no convivían juntas. Cada uno en su casa, esperando que se acabe este periodo de confinamiento para volver a retomar una vida normal que incluya todo ese deseo acumulado. El sexo se está convirtiendo en una prioridad para muchas personas.

Somos seres sociales y, a la vez sexuales. Este distanciamiento impide la distancia física y nos hace darnos cuenta del hambre que tenemos de contacto físico, abrazos, besos y sexo.

Por otra parte, la situación actual hace que la convivencia a todos los niveles sea anómala. Pensábamos que iba a ser más corta, pero se va alargando en el tiempo. ¿Qué ocurrirá tras el aislamiento? Se espera que en España ocurra lo mismo que en China y que las demandas de divorcio se incrementen en cuanto la gente pueda empezar a salir de sus casas.

Los componentes de cada pareja deben tener sus momentos, su individualidad. Ahora mismo estamos obligados a convivir y eso hace que surjan roces, discusiones y problemas que, de otra manera, no saldrían a la luz. Es una situación difícil y cuanto más pequeña sea la casa y más personas vivan en ella, peor.

Cada uno debe tener su propio espacio dentro de la casa para evitar roces. Asimismo, el reparto de tareas es fundamental. Si cada uno tiene su función dentro del organigrama familiar, todo será más sencillo.

El problema surge cuando aparece el deseo en una de las partes y no en la otra. El deseo es un sentimiento que, para que se manifieste, necesita superar el miedo y las incomodidades de esta situación. Para algunos, el placer es un mecanismo de supervivencia ya que se generan endorfinas que nos hacen sentir bien. Para otros es inviable que su pareja muestre tanto deseo porque, debido a la situación, no conectan con sus energía sexual. Es importante generar deseo en la otra persona dejándole su espacio, ayudando dentro de lo posible, cumpliendo con las tareas asignadas...

La sexualidad femenina es muy diferente de la masculina. Esto provoca que cuando uno quiere, al otro no le apetezca. Es importante que a los dos les apetezca, buscar espacios, temas, etc en los que ambos conecten. El placer que experimenten será una inyección de autoestima. Las demostraciones de cariño ayudan a superar la incertidumbre y el miedo.

Durante este tiempo han aumentado las conversaciones en páginas de contactos y las videollamadas. Mucha gente se ha lanzado a la aventura de conocer gente y buscar sexo a través de internet (apps y redes sociales). También se ha disparado el consumo de pornografía.

El coronavirus cambió nuestra vida drástricamente y lo último en lo que pensábamos era en sexo. Tras esa incertidumbre y miedo inicial se ha vuelto a despertar el apetito sexual. En muchos casos surge por el deseo de experimentar  sensaciones que nos hagan sentir vivos y, como sabemos, el sexo es una de las mejores maneras de lograrlo.

Quienes viven solos y confinados optan por relaciones vía sexting, apps de contactos, videollamadas, teléfono... En cambio, las parejas que pasan juntas este periodo tienen dudas sobre qué hacer y qué no hacer en lo que a sexo se refiere. Hasta el momento, ya que sabemos que cada día se descubren cosas nuevas sobre el tema, se sabe que las vías de contagio son la saliva, la mucosidad y las heces, pero no los fluidos íntimos. Por lo tanto, el riesgo estaría en el contacto oral (besos) o anal, pero no en el contacto genital. 

El virus se propaga principalmente a través de las gotitas respitarorias de una persona infectada cuando tose, estornuda o habla muy cerca. Estas gotitas pueden caer en la boca o nariz de quienes están cerca o ser inhaladas y llegar a los pulmones. Con los besos, parte importante de los preliminares, se puede transmitir el virus y esto es, lógicamente, lo más arriesgado. Algunos especialistas creen que será mejor hacerlo en posturas que minimicen la transmisión aérea (de espalda) o usar mascarillas si se cree conveniente. 


SEXO SEGURO
  1. Informarse de las vías de contagio. Saliva, mucosidad y heces, no fluidos íntimos.
  2. Evitar encuentros sexuales con personas con las que no se convive.
  3. Mantener relaciones sexuales seguras. Tu mejor compañero sexual eres tú mismo. Cuida la higiene de tus manos y de los juguetes sexuales (si los utilizas). No recurras a relaciones presenciales esporádicas. Puedes mantener relaciones de manera virtual (aunque debes tener en cuenta los peligros del sexting)
  4. Cuidado durante las relaciones sexuales. Evitar besos y sexo anal. 
  5. Evita el sexo si tu pareja no se encuentra bien.
  6. Sigue utilizando medidas para prevenir enfermedades de transmisión sexual y/o embarazos no deseados.
  7. Lavar las manos después de las relaciones sexuales, la masturbación o el sexo virtual.
  8. Lavar y desinfectar teclados, teléfonos móviles y juguetes sexuales, aún cuando no hayan sido compartidos.






miércoles, 15 de abril de 2020

DUELO SIN DESPEDIDA

"Sin despedirnos o estar al lado de esa persona, sin velatorio, sin llorar juntos, sin abrazos... Así son las despedidas del COVID-19"

En la situación actual, muchas personas deben afrontar la pérdida de sus seres queridos sin despedida. A corto plazo puede provocar tristeza, culpa, frustración, injusticia, rabia o impotencia por no haber acompañado a un ser querido en sus últimos momentos. A medio plazo puede derivar en estrés postraumático y a esto hay que sumar la ansiedad de tener a otros familiares contagiados y temer también por su salud.

El duelo se puede definir como el conjunto de reacciones de tipo físico, emocional y social que se producen cuando fallece una persona próxima. Rituales del duelo como el velatorio, el funeral y el entierro ayudan a aceptar la muerte de un ser querido, aportan soporte emocional a través de la compañía de amigos y familiares y facilita un escenario donde canalizar las emociones, ya que en esos duros momentos cualquier muestra de dolor es aceptable y entendible. Ahora nos hemos quedado sin los modos de despedida tradicionales y nadie nos enseña a encontrar otros.

La ausencia de la despedida es un factor de alto riesgo para que se produzcan duelos patológicos, ya que dificultan la aceptación de la muerte o pueden generar la sensación de no creer que esa persona ha fallecido. En el caso del COVID-19 nos angustia pensar que nuestros seres queridos se han muerto solos, sin nuestra compañía. A esto se une no poder abrazarnos entre nosotros, consolarnos, llorar juntos y celebrar ritos de despedida. Todas estas despedidas se aplazarán hasta que todo esto pase.

Cada persona experimenta el duelo a su manera, en función de la vinculación con esa persona o en función de su propia personalidad. Cada persona necesita unos tiempos y tiene que decidir cómo lo quiere afrontar.

Es importante darse cuenta de que no han muerto solos, que en todo momento había sanitarios a su alrededor transmitiéndoles cariño y dedicación, que ellos eran consciente de las circunstancias excepcionales y que sabían por qué no estábamos con ellos. 

Cuando se da la noticia de la defunción a la familia es normal que haya crisis de llanto o cualquier manifestación de dolor. Es bueno que en ese momento se dejen salir las emociones porque bloquearlas, bloquearía la angustia. Si no se producen crisis de ansiedad, dejaremos salir el dolor sin medicación. Llorar alivia. Las lágrimas relajan y alivian la tensión.

Podemos escribir una carta póstuma a la persona que hemos perdido y volcar el ella todo lo que nos hubiera gustado decirle, manifestando nuestros sentimientos hacia ella y todo lo que ha aportado a nuestras vidas. 

También es bueno elegir una hora para quedar juntos, cada uno en su lugar de aislamiento, con un objeto que simbolice o represente a esa persona, un regalo, una fotografía. En ese momento podemos encender una vela, rezar, hacer una lectura previamente elegida... Se pueden hacer mediante una reunión virtual o cada uno desde su casa, sabiendo que los demás también lo están haciendo en la distancia. Los sentimientos, aunque estemos lejos, también nos unen.

El objetivo de todo esto es hacer real la pérdida, ya que cuando no hay despedidas, podemos entrar en un proceso de negación. Compartir el dolor con los seres queridos es importante para que estos actos tengan significado.

Otros consejos para superar el duelo son:
  • Permítete pasar tiempo solo para procesar lo sucedido, para sentir la pérdida pero sin aislarte. Decide quienes quieres que te acompañen emocionalmente y mantén contacto con ellos.
  • Intenta distraerte con otras actividades: tareas domésticas, deporte, relajación, meditación...
  • Si te llama mucha gente para darte el pésame y no estás preparado, diles que necesitas tiempo y lo entenderán.
  • Prepara un ritual para despedirte. Si tienes niños es bueno que ellos también participen. Puedes escribir una carta, conectar online con familiares cercanos, los niños pueden realizar un dibujo, etc. Cualquier forma es buena si te ayuda a despedirte de esa persona.
  • Usa tu imaginación. Ponte cómodo y visualiza esa despedida de la manera más vívida posible. Nuestro cuerpo generará emociones que nos harán sentir mejor. Intenta sentir el contacto, el olor, el calor... Recuerda momentos que has pasado con esa persona y revívelos.
Cuando se termine esta pandemia, podremos celebrar ceremonias y darnos los abrazos aplazados, pero en este momento debemos adaptarnos a las circunstancias. En algunos casos se desarrollará igualmente un duelo patológico y será recomendable consultar con profesionales e iniciar una terapia de apoyo y resolución del duelo.





miércoles, 1 de abril de 2020

QUÉ ES EL COVID-19

Los coronavirus no son virus nuevos, sino que conviven con el ser humano y afectan a muchas otras especies. Su potencial capacidad para saltar de una especie a otra hace que nos enfrentemos a nuevas infecciones. Hasta la fecha se han registrado 39 especies de coronavirus. Algunos de ellos son de reciente investigación, ya que no habían sido identificadas previamente en humanos.

Algunos coronavirus solo afectan a los animales, pero otros también pueden afectar a humanos. El catarro común es un tipo de coronavirus, pero estos pueden llegar a convertirse en enfermedades más graves.

En algunos casos se produce transmisión zoonótica, es decir, de animales a seres humanos, como en el caso del SARS-CoV (síndrome agudo de distrés respiratorio), que se transmitió de la civeta al ser humano, o del MERS-CoV (Síndrome respiratorio de Oriente Medio), que se transmitió del dromedario al ser humano. Los coronavirus que afectan al ser humano por transmisión zoonótica suelen causar problemas de salud epidémicos en brotes de mayor gravedad e impacto.

La mayoría de coronavirus conocidos que afectan al ser humano suelen dar lugar a cuadros respiratorios más o menos leves y la mayoría no tienen trascendencia clínica.

No conocemos el origen del coronavirus COVID-19, pero los estudios filogenéticos apuntan a que el virus procede de murciélagos y que ha llegado al ser humano a través de mutaciones o recombinaciones sufridas en un hospedador intermediario, probablemente algún animal vivo del mercado de Wuhan.

La mayoría de los coronavirus afectan a animales, pero a día de hoy hay 7 cepas de coronavirus humanos (HCoV). El último conocido es el Wuhan coronavirus, COVID-19 o neumonía de Wuhan.

Algunos virus han causado grandes pandemias (enfermedad infecciosa en un área geográfica extensa)  tras conseguir sobrepasar las barreras interespecies. Los virus, además, aprovechan las nuevas oportunidades generadas por la globalización: crecimiento de población, cambio climático, creciente urbanización, viajes internacionales, transacciones comerciales de productos entre países distantes, migraciones...

La transmisión inicial del coronavirus fue muy rápida y afectó a países del entorno. Además, China es una de las grandes potencias económicas mundiales y el número de viajes de negocios y transacciones con ese país es muy elevado, haciendo que aparecieran focos rápidamente en Europa y posteriormente en el continente americano.

Su transmisión se produce principalmente por el contacto con las secreciones respiratorias de una persona enferme a través de gotas de saliva expulsadas con la tos o el estornudo. Estas secreciones pueden infectar a otra persona si entran en contacto con su nariz, ojos o boca, ya sea directamente o a través de las manos. Estas gotas respiratorias se pueden transmitir a distancias de hasta 2 metros. Aunque la fuente más probable del COVID-19 es un animal vivo, no existen evidencias de que los animales domésticos puedan transmitir la enfermedad.

El COVID-19 se dio más en hombres (71%) con una edad media de 45 años, siendo casi inexistente la afectación en niños debido a la clínica leve o incluso a la ausencia de síntomas. El cuadro clínico varía desde un cuadro leve y de vías respiratorias altas con síntomas como disnea (ahogo o dificultad para respirar), tos seca, dolor de garganta o fiebre a partir de 38º, hasta neumonía grave, con sepsis y/o shock séptico.

Factores de riesgo: 
  • Edad: más de 60 años.
  • Enfermedad crónica: EPOC, diabetes, cardiopatía isquémica, fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, insuficiencia hepática, hipertensión.
  • Estado de inmunosupresión
  • Neoplasia (tumoración) hace menos de 5 años.

Con estos datos, podemos clasificar a las personas infectadas por COVID-19 como:
  1. Leve sin factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  2. Leve con factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas y seguimiento en consulta para volver a realizar exploración física en 48 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  3. Moderado y grave. Traslado al hospital.

La herramienta terapéutica más eficaz con la que contamos es la prevención, y para ello debemos:
  • Evitar espacios cerrados con aglomeraciones.
  • Mantener al menos un metro de distancia de las personas con síntomas respiratorios por COVID-19 (tos y estornudos)
  • Higiene de manos frecuente, con desinfectante de manos a base de alcohol si las manos no están visiblemente sucias (durante 20-30 segundos) o con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias (durante 40-60 segundos.
  • En caso de estornudar o toser, debemos cubrir la nariz y la boca con la cara interna del codo flexionado o con un pañuelo que desecharemos tras su uso realizando posteriormente la higiene de manos.
  • Evitar tocar la boca y la nariz.

Los casos leves se tratarán en el domicilio con el tratamiento de los síntomas. Los casos más complicados que requieran hospitalización precisan tratamiento más complejo de los síntomas. Hay que recordar que se trata de una infección vírica y que los ANTIBIÓTICOS NO SIRVEN PARA SU TRATAMIENTO. 

(Fuente: salusplay)


















sábado, 28 de marzo de 2020

EPIDEMIA EMOCIONAL DEL COVID-19

"Lo más contagioso para la humanidad no son los virus, son las emociones"

Lo que contribuye a la mayor gravedad de esta epidemia y la convierte en una crisis social es la repercusión emocional. Al fin y al cabo, todos somos víctimas, incluso quienes no han contraído la enfermedad. El COVID-19 es una epidemia emocional que trae consigo consecuencias psicológicas y sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había subrayado el fuerte impacto psicológico que iba a provocar el virus.

El aislamiento, la distancia física, el cierre de colegios y lugares de trabajo, etc son desafíos mentales que nos hacen sentir estrés, ansiedad, miedo y soledad. 

¿Cuáles son las emociones predominantes? El miedo (incluso pánico), ira (hacia políticos, sanitarios, entre ciudadanos...), solidaridad, tristeza, deseo (tras cada catástrofe se producen nacimientos 9 meses después), indagación (conocimiento) y alegría (podemos verlo en los muchos vídeos de humor que se comparten estos días).


CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS DE UN ENCIERRO DE MÁS DE 10 DÍAS

  • Estrés. La cuarentena es fundamental, pero a partir de los 10 días la salud mental se resiente. A partir de ese momento aparecen el estrés, el nerviosismo y la ansiedad.
  • Miedo irracional a la infección. Cuando una epidemia o pandemia se alarga, la mente humana tiende a desarrollar miedos irracionales. No importa si disponemos de información fiable o que sigamos las medidas de seguridad. Poco a poco desarrollamos más miedos, cada vez más infundados. En caso de dudar de las fuentes de información pensando que son poco o nada fiables, aparecerán más miedos.
  • Aburrimiento y frustración. Pocas interacciones sociales (o ninguna), silencio en las calles, confinamiento en el hogar... hacen que aparezca el aburrimiento, que podremos combatir en los primeros momentos, pero según pasan los día y crece la incertidumbre, surge la frustración. No poder mantener el ritmo de vida que teníamos ni tener libertad de movimientos, hace que esas emociones se vuelvan más complejas y surjan los problemas.
  • Sensación de falta de bienes básicos y pánico. Las compras compulsivas se deben a que, ante una situación de epidemia o pandemia, la mente actúa por impulsos. En la base de la pirámide de Maslow están las necesidades básicas, es decir, abastecernos de alimentos y bienes básicos que nos ayuden a sentirnos bien. Nuestra mente cree que va a haber escasez de bienes básicos y nos dice que debemos conseguirlos.
  • Desconfianza. Ya no somos capaces de fiarnos de la información que recibimos de instituciones sanitarias, políticos, científicos... La mente humana, llegados a este punto, desconecta y desconfía. Esto es debido a la falta de coordinación de los miembros del gobierno, la sanidad... Incluso internet, redes sociales, etc ayudan a aumentar la desconfianza publicando bulos, mentiras y teorías de la conspiración.
  • Los trastornos psicológicos pueden empeorar. Las personas más sensibles, con fobias, depresión, ansiedad generalizada, trastornos obsesivos-compulsivos, pueden sufrir mucho más en este contexto. Estas personas necesitan mucho apoyo para sobrellevar estos días de soledad.
  • El pensamiento negativo. Debemos evitar el pensamiento catastrofista, el que anticipa lo peor, ya que lejos de ayudar, complicará nuestra realidad y dejará salir lo peor de nosotros mismos. 
En conclusión, cuidemos de nuestra salud y sigamos las medidas de prevención sin olvidarnos de nuestra salud psicológica. Si nos ayudamos entre todos, superaremos con éxito esta situación




lunes, 16 de marzo de 2020

CUARENTENA POR CORONAVIRUS

Nuestro principal pensamiento durante esta cuarentena debe ser que es algo necesario y que si cumplimos las recomendaciones y nos quedamos en casa, el virus no se seguirá expandiendo, los contagios irán a menos y que la gran mayoría de personas que se han contagiado, se curarán. Es cuestión de tiempo, pero durante ese tiempo nuestro estado de ánimo podrá sufrir cambios, la ansiedad hará mella en nosotros, la soledad y el aislamiento podrán parecer un pesado lastre... Sabemos que es algo necesario, así que intentemos entre todos pasarlo de la mejor manera posible. Estas son algunas recomendaciones que nos ofrece el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. 
  • Comprender la realidad. No podemos cambiar la realidad y es imprescindible colaborar permaneciendo en casa. Si cumples las recomendaciones, saldremos antes de esta situación.
  • "Vamos a hacer lo correcto". Debemos mantener en nuestro pensamiento la idea de que permanecer en casa es lo más correcto. Es probable que se hayan producido errores, pero la situación ahora depende de nosotros.
  • Planifica la nueva situación. Nuestra vida va a cambiar y tenemos que modificar nuestras rutinas y organizar bien qué hacer, cuándo y cómo hacerlo. No improvises, planifica qué comida necesitas comprar para salir lo menos posible. Respetar tiempos y espacios diferenciados, así como necesidades, es imprescindible. A veces es importante hacer una especie de horario para convivir con más facilidad con las personas con quienes convives.
  • Infórmate adecuadamente. Busca información oficial y necesaria, evitando la sobreinformación, ya que puede ser muy nociva y provocar sensaciones de desasosiego que son absolutamente contraproducentes. Habla con prudencia y de manera constructiva, evitando difundir y esparcir rumores. No hables constantemente del tema, sobre todo si hay niños. Usa las redes sociales con prudencia, ya que las noticias falsas nos generan intranquilidad.
  • Mantén los contactos. Hablar con familiares, compañeros, amigos... sobre cómo afrontar la situación, evitando alimentar miedos e inquietudes. Haz videollamadas, pero sobre todo piensa que estás haciendo lo correcto.
  • Aprovecha el momento. Esta situación es temporal, así que disfruta de esos momentos que casi nunca puedes vivir  por el ritmo y las actividades que solemos desarrollar. Puede que nos resulte raro, porque podemos llegar a pensar que no podemos o no sabemos vivirlas. Esto no tiene por qué ser así. Puedes estar con tus hijos, leer, jugar, ver películas en familia o solo... cualquier cosa que se te ocurra. 
  • Tiempo para la creatividad. Puede ser solo o en compañía. Cocina, decora tu casa, organiza tus armarios... cualquier cosa que se te ocurra.
  • Haz deporte en casa. Puedes encontrar aplicaciones o tutoriales para diferentes edades. Además de divertido, nos mantendrá en forma y aumentará las sustancias estimulantes que genera nuestro cuerpo para hacernos sentir bien. El deporte reduce los síntomas de ansiedad y depresión, mejora el funcionamiento cerebral, activa nuestro cuerpo y aumenta la sensación de bienestar. También puedes aprovechar para practicar yoga, mindfulness o meditación.
  • Observa el estado de salud de quienes te rodean. Hazlo siempre evitando la obsesión. Si detectas algún síntoma, actúa como recomiendan las autoridades. Debemos dar importancia al autocuidado: luz natural al menos 20 minutos al día, dieta equilibrada, dormir un número de horas adecuado y, sobre todo, no perder el sentido del humor. 
  • Cuida tus emociones, lo que dices y cómo lo dices. Cuida mucho tus pensamientos y emociones de manera que puedas construir y responder adecuadamente en momentos en los que falla el ánimo y surge la sensación de incertidumbre y desasosiego.

martes, 10 de marzo de 2020

CÓMO AFRONTAR EL MALESTAR PSICOLÓGICO GENERADO POR EL CORONAVIRUS

Recomendaciones dirigidas a la población para un afrontamiento eficaz ante el malestar psicológico generado por el brote de Coronavirus - COVID 19

Ante el contexto actual, el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, a través de su grupo de trabajo de Urgencias y Emergencias, quiere transmitir una serie de pautas dirigidas a la población general y de riesgo, destinadas a promover un afrontamiento psicológico adecuado.

No obstante, debido a la incertidumbre que ocasionan este tipo de situaciones, debemos prestar atención a los cuidados relacionados con la propia prevención de la transmisión, tales como las medidas de higiene, como a aquellos cuidados que tienen que ver con la salud emocional con la finalidad de reducir en la medida de lo posible situaciones de alarma que afecten a la ciudadanía.

La evolución de la situación comunicado a través de noticias y advertencias, no siempre se hace de la forma adecuada, bien por falta de rigurosidad, forma de comunicación, o sobredimensión de la misma. Esto puede influir en el estado emocional de las personas, dando lugar a conductas de alerta que se muestran poco eficaces a nivel personal y social. 

A - SI NO ESTÁ AFECTADO POR LA ENFERMEDAD

Pero está sintiendo una serie de emociones con alta intensidad y/o persistentes como:

  • Nerviosismo, agitación o tensión, con sensación de peligro inminente, y/o pánico.
  • No puede dejar de pensar en otra cosa que no sea la enfermedad, o la preocupación por enfermar.
  • Necesita estar permanentemente viendo y oyendo informaciones sobre este tema.
  • Tiene dificultad para concentrarse o interesarse por otros asuntos.
  • Le cuesta desarrollar sus labores cotidianas o realizar su trabajo adecuadamente; el miedo le paraliza y le impide salir a la calle.
  • Está en estado de alerta, analizando sus sensaciones corporales, e interpretándolas como síntomas de enfermedad, siendo los signos normales habituales.
  • Le cuesta controlar su preocupación y pregunta persistentemente a sus familiares por su estado de salud, advirtiéndoles de los graves peligros que corren cada vez que salen del domicilio.
  • Percibe un aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración, temblores sin causa justificada.
  • Presenta problemas para tener un sueño reparador.

LE RECOMENDAMOS QUE…

  1. Identifique pensamientos que puedan generarle malestar. Pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que incrementen su malestar emocional.
  2. Reconozca sus emociones y acéptelas. Si es necesario, comparta su situación con las personas más cercanas a usted para encontrar la ayuda y el apoyo que necesita.
  3. Cuestiónese: busque pruebas de realidad y datos fiables. Conozca los hechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales y científicos y evite información que no provenga de estas fuentes, evitando información e imágenes alarmistas.
  4. Informe a sus seres queridos de manera realista. En el caso de menores o personas especialmente vulnerables como ancianos, no les mienta y proporcióneles explicaciones veraces y adaptadas a su nivel de comprensión.
  5. Evite la sobreinformación, estar permanentemente conectado no le hará estar mejor informado y podría aumentar su sensación de riesgo y nerviosismo innecesariamente.
  6. Contraste la información que comparta. Si usa redes sociales para informarse, procure hacerlo con fuentes oficiales. 

PAUTAS Y TAREAS DE AUTOCUIDADO.

  • Mantenga una actitud optimista y objetiva. Es fuerte y capaz.
  • Lleve a cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias.
  • Evite hablar permanentemente del tema.
  • Apóyese en su familia y amigos.
  • Ayude a su familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.
  • Acuda a fuentes oficiales y busque información contrastada por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales, OMS, etc.
  • No contribuya a dar difusión a bulos y noticias falsas. No alimente su miedo ni el de los demás.
  • Procure hacer vida normal y continuar con sus rutinas.
  • Tenga cuidado con las conductas de rechazo, estigma y/o discriminación. El miedo puede hacer que nos comportemos de forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas.

B - SI PERTENECE A LA POBLACIÓN DE RIESGO SEGÚN INDICAN LAS AUTORIDADES SANITARIAS

  1. Siga las recomendaciones y medidas de prevención que determinen las autoridades sanitarias. Confíe en ellos porque saben lo que tienen que hacer. Ellos tienen los conocimientos y los medios.
  2. Infórmese de forma realista y siga las pautas emocionales del apartado A.
  3. No trivialice su riesgo para intentar evadir la sensación de miedo o aprensión a la enfermedad.
  4. Tampoco magnifique el riesgo real que tiene. Sea precavido y prudente sin alarmarse.
  5. Si le recomendaran medidas de aislamiento, tenga presente que es un escenario que puede llevarle a sentir estrés, ansiedad, soledad, frustración, aburrimiento y/o enfado, junto con sentimientos de miedo y desesperanza, cuyos efectos pueden durar o aparecer incluso posteriormente al confinamiento. Trate de mantenerse ocupado y conectado con sus seres queridos.
  6. Genere una rutina diaria y aproveche para hacer aquellas cosas que le gustan pero que habitualmente por falta de tiempo no puede realizar (leer libros, ver películas, etc.).

C - SI ESTÁ PADECIENDO LA ENFERMEDAD

Siga las recomendaciones anteriores y además:
  1. Maneje sus pensamientos intrusivos. No se ponga en lo peor anticipadamente.
  2. No se alarme innecesariamente. Sea realista. La inmensa mayoría de las personas se están curando.
  3. Cuando sienta miedo, apóyese en la experiencia que tiene en situaciones similares. Puede que ahora no lo asocie por tener percepción de mayor gravedad. Piense cuántas enfermedades ha superado en su vida con éxito.



FUENTE: COLEGIO OFICIAL DE LA PSICOLOGÍA DE MADRID

viernes, 28 de febrero de 2020

GATOTERAPIA

"La gatoterapia se fundamenta en la compañía e interacción entre gato y persona"


La gatoterapia es un tratamiento natural y tradicional contra los síntomas del estrés, la ansiedad y el estado de ánimo bajo con la ayuda de gatos domésticos. Los felinos pueden ayudar a mejorar la salud física y mental y la calidad de vida en general a través de la interacción amistosa entre gatos y humanos.

La compañía de un gato ayuda a lograr mayores niveles de relajación en sus dueños. Acariciarlos reduce el estrés y baja la presión arterial y la frecuencia de los latidos del corazón.

El ronroneo del gato tiene un efecto positivo en el estado de ánimo de las personas, fomentando el buen humor y proporcionando confianza y seguridad. Las señales de afecto que nos da el gato nos proporcionan también un efecto positivo a nivel mental, ayudando a enfermos convalecientes a salir adelante gracias a su simple presencia.


GATOTERAPIA Y SALUD MENTAL

Se han estudiado los beneficios de la gatoterapia en personas con algún tipo de discapacidad física o psíquica o con algún trastorno emocional o psíquico. Los beneficios son claros en trastornos asociados a demencias (Alzheimer), autismo, Síndrome de Down, TDAH, trastornos conductuales en niños y trastornos del estado de ánimo.

Las personas que viven con gatos en casa tienen menor probabilidad de fallecer a causa de un infarto. Un estudio de Friedmann y Thomas (1995) reveló que los pacientes aquejados de cardiopatía reportaron mejor y más rápida progresión si convivían con un felino.

En niños autistas, los gatos tienen efectos positivos. El gato no puede curar esta psicopatología, pero aporta grandes dosis de felicidad y devuelve la sonrisa a estos niños, especialmente a aquellos que son más solitarios.


El contacto de los gatos con los ancianos que viven en residencias geriátricas es también positivo. El contacto diario con el gato, al que pueden acariciar y cuidar, puede ayudar al anciano a verbalizar sus emociones y sentimientos, así como los recuerdos de su infancia. Estimular la memoria y expresar anécdotas y relatos pasados en pacientes con demencia senil o Alzheimer es una gimnasia mental muy importante porque retrasa la degeneración neuronal, culpable de la pérdida progresiva de memoria. El sentido del tacto, por otro lado, al acariciar al gato y sentir su ronroneo, estimula algunas terminaciones nerviosas que evocan recuerdos


MOTIVOS PARA PONER EN PRÁCTICA LA GATOTERAPIA

  1. Los gatos son amigos incondicionales, no juzgan ni preguntan. Simplemente acompañan y se dejan mimar. 
  2. Rutinas y responsabilidad para niños y adolescentes cuyas emociones o comportamiento está fuera de control. Tener un gato y cuidarlo puede ayudar a tener sentido de responsabilidad y rutina. Esto aumenta la autoestima, ya que sienten que el gato los necesita. 
  3. Entretenimiento. La ansiedad llena la mente de preocupaciones y el gato les ayuda a distraerse y pensar en otra cosa que no sean problemas o ideas negativas. Jugar con el gato ayuda a liberar la mente.
  4. Mejora la vida social, ya que los niños con dificultades para hacer amigos pueden invitar a otros niños a casa para jugar con el gato.
  5. Contacto físico. Las personas con ansiedad o depresión pueden necesitar un extra de mimos. 


CÓMO FUNCIONA LA GATOTERAPIA

El contacto con los gatos estimula la secreción de oxitocina, una hormona que nos hace sentir seguros, cómodos, confiados y más felices. La oxitocina es capaz también de estimular el crecimiento de nuevas células y, por lo tanto, al estar en contacto con ellos, estamos más propensos a sanar los tejidos que se dañan.

El gato no es el único animal que se usa en terapias. Están aumentando la cantidad de terapias con animales, principalmente con perros y gatos, pero también con caballos y hasta con pájaros o peces.











miércoles, 19 de febrero de 2020

FILOFOBIA O MIEDO A ENAMORARSE

"Las personas con filofobia suelen escoger relaciones imposibles en las que nunca podrán enamorarse"


La filofobia es el miedo a enamorarse o a entrar en una relación romántica. Es un temor tan intenso que pone en marcha diversos mecanismos de defensa y, la persona con filofobia, empezará a mostrar ciertos patrones de conducta muy concretos en el momento en que perciba que se está enamorando.

Este problema de ansiedad puede tener un efecto en la vida social y emocional de quien lo sufre. En casos graves, no solamente evitará amores potenciales, sino que puede llevar al aislamiento social.

El acto de enamorarse produce al filofóbico una terrible sensación de malestar y altos niveles de estrés emocional y físico. 

La filofobia no es un trastorno mental, sino que entra dentro del grupo de las fobias.


CAUSAS

Generalmente, la filofobia tiene como desencadenante una experiencia traumática anterior que la persona no ha procesado o afrontado de manera adecuada. Se puede producir por una crianza compleja, falta de apego en la infancia o, incluso, algún tipo de abuso o maltrato.

También puede ser resultado de una relación afectiva previa fallida o dolorosa, ya que las separaciones, las pérdidas o las traiciones amorosas también dejan huellas traumáticas que tardan en curar. Hay estudios que demuestran que el efecto de las heridas emocionales pueden durar años y generar problemas psiquiátricos como ansiedad, depresión, intentos de suicidio...

La filofobia es un mecanismo de defensa en el cual evitamos volver a pasar por lo que uno cree que será un sufrimiento inevitable.


CÓMO ACTÚA UNA PERSONA CON FILOFOBIA

Cuando una persona con miedo al amor siente que puede volver a vivir una situación semejante o parecida, se bloquea porque siente un miedo irrefrenable que le impide iniciar una nueva relación. Si siente que está enamorado entra en pánico y rechaza la situación. La persona con la que estaba iniciando una relación se puede sentir confundida ante la huida, rechazada, dolida y, dependiendo de su autoestima, incluso se puede llegar a sentir poco deseada o amada.

Estas personas temen entregarse, enamorarse o establecer relaciones personales fuertes. Viven relaciones sin compromiso, hablan poco sobre sí mismas, evitan mostrarse como son, ponen barreras infranqueables para no sentirse vulnerables, tienden a establecer relaciones simultáneas por el miedo a ser abandonadas y sus relaciones son una montaña rusa de emociones.

Quien  padece filofobia no puede evitar sentirse agobiado ante esos sentimientos. Las manifestaciones más comunes ante personas del sexo opuesto por las que sienten atracción son: mareos, vómitos, náuseas, desórdenes gastrointestinales, temblores, ataques de pánico, ganas de huir, latidos irregulares del corazón, sudores, falta de aire... Ante estas circunstancias, desea acabar con la situación cuanto antes.


TRATAMIENTO

Lo primero es reconocer que se tiene miedo al amor y afrontar la situación sin huir. Es necesario asumir que normalmente las consecuencias suelen ser menores de lo que imaginábamos. Es importante también informar a nuestra pareja o a familiares de nuestro problema sin vergüenza o temor y acudir a un psicólogos en caso de no poder resolver la situación por nosotros mismos.

El enfoque terapéutico debe estar enfocado por un lado, a dar con la raíz central que origina ese mecanismo de defensa y, por otro, a darnos la oportunidad de liberarnos de los miedos para poder conectar de manera efectiva y saludable con los demás y con nosotros mismos.
  1. Terapia cognitivo-conductual. Nos ayudará a identificar y cambiar pensamientos, creencias y reacciones respecto a esa fuente original que desencadenó el miedo y la fobia.
  2. Terapia de desensibilización afectiva. Exponer al paciente con el objeto o situación que le causa miedo (en este caso las relaciones románticas) hasta que se desensibiliza. 
Las personas con filofobia pueden sentir que rechazan el enamoramiento y, a la vez, desean poder experimentarlo sin miedos para poder disfrutar de sus cosas buenas. Este miedo predispone al aislamiento social, provocando la aparición de un sentimiento de soledad y tristeza que llevan a adoptar hábitos de vida poco saludables. Es muy importante saber detectar este problema y abordarlo para mitigar sus síntomas.











domingo, 9 de febrero de 2020

PSICOLOGÍA ONLINE: QUÉ ES Y CÓMO FUNCIONA

"El tratamiento psicológico online tiene una historia relativamente corta, pero la figura del psicólogo online está cobrando cada vez más protagonismo"

La psicología online permite al paciente ponerse en manos de un psicólogo profesional y someterte a terapia por vía telemática: chat, videoconferencia, e-mail, mensajería instantánea... El profesional atiende al paciente a través de internet e incluso le puede ofrecer ejercicios de rehabilitación cognitiva para que los realice.

Se puede hacer un seguimiento igual de eficaz que en una terapia presencial, pero también hay que tener en cuenta que no todas las patologías ni todos los pacientes son aptos para someterse a este tipo de tratamientos.

La psicología online abre mercado y nuevas posibilidades de tratamiento. Se calcula que alrededor del 50% de la población española necesita, ha necesitado y necesitará en algún momento, la atención de un psicólogo. Las terapias online facilitan la atención al paciente porque le ahorran tiempo, desplazamientos y gastos innecesarios. 


BENEFICIOS DE LA TERAPIA ONLINE

  1. Acceso desde cualquier lugar. Hay ciertas personas que tienen dificultad para acceder a un psicólogo. Desde personas que viven en lugares remotos o áreas rurales hasta personas con movilidad reducida, tienen complicado asistir a sesiones psicoterapéuticas con cierta frecuencia.
  2. Conveniencia y posibilidad de elegir horarios. Se pueden adaptar las sesiones terapéuticas a la agenda del paciente y a su ritmo de vida.
  3. Comodidad. Se puede realizar desde el propio hogar con su propio ordenador, tablet o teléfono móvil sin necesidad de desplazarse o acudir a una clínica de Psicología. El paciente ahorra tiempo y se encuentra en su propio entorno, donde se siente más cómodo y tranquilo, pero debe ser un ambiente confortable y privado, sin interrupciones.
  4. Menor coste, puesto que el gasto de la clínica de terapia online es menor. Aunque el coste es menor, la calidad del servicio sigue siendo la misma.
  5. Confianza. El psicólogo online es confiable, ya que está adherido al código ético que regula la profesión y está en posesión de todos los requisitos legales para ejercer su profesión. Esto les faculta para obtener una buena alianza terapéutica y conseguir logros con el paciente como sucede en terapia presencial.
  6. Otras opciones de comunicación. Los pacientes pueden beneficiarse de diferentes formas de comunicación que pueden resultar adecuadas para ellos: chat, videoconferencia, teléfono... Lo más habitual es el uso de las videollamadas una vez a la semana en sesiones de una hora de duración. Existe también la posibilidad de usar mensajes de texto, de voz e imágenes.
  7. La escritura como herramienta terapéutica. Escribir sobre nuestros pensamientos y emociones, sobre todo cuando usamos el chat, es una herramienta terapéutica efectiva. Al escribir, leer y releer lo escrito, el paciente externaliza lo que siente y esto ayuda tanto al paciente como al psicólogo, porque aumenta el conocimiento del paciente entre sesión y sesión. En ocasiones, hablar cara a cara con el terapeuta, algunos pacientes no llegan al fondo de la cuestión, pero cuando escriben sus pensamientos, el paciente puede tomarse su tiempo para explicar lo que realmente desea.
  8. Facilidad para dar el paso. El paciente se siente cómodo y seguro en su propio hogar y solamente necesita una conexión a internet para dar ese paso.
  9. Intimidad. Los factores pueden favorecer que el paciente se sienta más cómodo, relajado y que se comunique de una manera más abierta. 
  10. Continuar con el mismo profesional pese a posibles desplazamientos.  Este tipo de terapia ofrece la posibilidad de conectar con un psicólogo online desde cualquier parte del mundo y en el momento que más lo necesita el paciente aunque haya posibles mudanzas o desplazamientos a otros lugares o países.






LAS FOBIAS DEL COVID-19

"Estrés, ansiedad, depresión e insommio han sido las principales consecuencias del confinamiento" Agorafobia . Esta fobia se refie...