miércoles, 1 de abril de 2020

QUÉ ES EL COVID-19

Los coronavirus no son virus nuevos, sino que conviven con el ser humano y afectan a muchas otras especies. Su potencial capacidad para saltar de una especie a otra hace que nos enfrentemos a nuevas infecciones. Hasta la fecha se han registrado 39 especies de coronavirus. Algunos de ellos son de reciente investigación, ya que no habían sido identificadas previamente en humanos.

Algunos coronavirus solo afectan a los animales, pero otros también pueden afectar a humanos. El catarro común es un tipo de coronavirus, pero estos pueden llegar a convertirse en enfermedades más graves.

En algunos casos se produce transmisión zoonótica, es decir, de animales a seres humanos, como en el caso del SARS-CoV (síndrome agudo de distrés respiratorio), que se transmitió de la civeta al ser humano, o del MERS-CoV (Síndrome respiratorio de Oriente Medio), que se transmitió del dromedario al ser humano. Los coronavirus que afectan al ser humano por transmisión zoonótica suelen causar problemas de salud epidémicos en brotes de mayor gravedad e impacto.

La mayoría de coronavirus conocidos que afectan al ser humano suelen dar lugar a cuadros respiratorios más o menos leves y la mayoría no tienen trascendencia clínica.

No conocemos el origen del coronavirus COVID-19, pero los estudios filogenéticos apuntan a que el virus procede de murciélagos y que ha llegado al ser humano a través de mutaciones o recombinaciones sufridas en un hospedador intermediario, probablemente algún animal vivo del mercado de Wuhan.

La mayoría de los coronavirus afectan a animales, pero a día de hoy hay 7 cepas de coronavirus humanos (HCoV). El último conocido es el Wuhan coronavirus, COVID-19 o neumonía de Wuhan.

Algunos virus han causado grandes pandemias (enfermedad infecciosa en un área geográfica extensa)  tras conseguir sobrepasar las barreras interespecies. Los virus, además, aprovechan las nuevas oportunidades generadas por la globalización: crecimiento de población, cambio climático, creciente urbanización, viajes internacionales, transacciones comerciales de productos entre países distantes, migraciones...

La transmisión inicial del coronavirus fue muy rápida y afectó a países del entorno. Además, China es una de las grandes potencias económicas mundiales y el número de viajes de negocios y transacciones con ese país es muy elevado, haciendo que aparecieran focos rápidamente en Europa y posteriormente en el continente americano.

Su transmisión se produce principalmente por el contacto con las secreciones respiratorias de una persona enferme a través de gotas de saliva expulsadas con la tos o el estornudo. Estas secreciones pueden infectar a otra persona si entran en contacto con su nariz, ojos o boca, ya sea directamente o a través de las manos. Estas gotas respiratorias se pueden transmitir a distancias de hasta 2 metros. Aunque la fuente más probable del COVID-19 es un animal vivo, no existen evidencias de que los animales domésticos puedan transmitir la enfermedad.

El COVID-19 se dio más en hombres (71%) con una edad media de 45 años, siendo casi inexistente la afectación en niños debido a la clínica leve o incluso a la ausencia de síntomas. El cuadro clínico varía desde un cuadro leve y de vías respiratorias altas con síntomas como disnea (ahogo o dificultad para respirar), tos seca, dolor de garganta o fiebre a partir de 38º, hasta neumonía grave, con sepsis y/o shock séptico.

Factores de riesgo: 
  • Edad: más de 60 años.
  • Enfermedad crónica: EPOC, diabetes, cardiopatía isquémica, fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, insuficiencia hepática, hipertensión.
  • Estado de inmunosupresión
  • Neoplasia (tumoración) hace menos de 5 años.

Con estos datos, podemos clasificar a las personas infectadas por COVID-19 como:
  1. Leve sin factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  2. Leve con factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas y seguimiento en consulta para volver a realizar exploración física en 48 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  3. Moderado y grave. Traslado al hospital.

La herramienta terapéutica más eficaz con la que contamos es la prevención, y para ello debemos:
  • Evitar espacios cerrados con aglomeraciones.
  • Mantener al menos un metro de distancia de las personas con síntomas respiratorios por COVID-19 (tos y estornudos)
  • Higiene de manos frecuente, con desinfectante de manos a base de alcohol si las manos no están visiblemente sucias (durante 20-30 segundos) o con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias (durante 40-60 segundos.
  • En caso de estornudar o toser, debemos cubrir la nariz y la boca con la cara interna del codo flexionado o con un pañuelo que desecharemos tras su uso realizando posteriormente la higiene de manos.
  • Evitar tocar la boca y la nariz.

Los casos leves se tratarán en el domicilio con el tratamiento de los síntomas. Los casos más complicados que requieran hospitalización precisan tratamiento más complejo de los síntomas. Hay que recordar que se trata de una infección vírica y que los ANTIBIÓTICOS NO SIRVEN PARA SU TRATAMIENTO. 

(Fuente: salusplay)


















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