lunes, 20 de abril de 2020

AMOR, SEXO Y CORONAVIRUS



"Sentimos la necesidad de abrazar, besar, tocar y volver a tener sexo"

La cuarentena ha dejado en standby a muchas parejas que no convivían juntas. Cada uno en su casa, esperando que se acabe este periodo de confinamiento para volver a retomar una vida normal que incluya todo ese deseo acumulado. El sexo se está convirtiendo en una prioridad para muchas personas.

Somos seres sociales y, a la vez sexuales. Este distanciamiento impide la distancia física y nos hace darnos cuenta del hambre que tenemos de contacto físico, abrazos, besos y sexo.

Por otra parte, la situación actual hace que la convivencia a todos los niveles sea anómala. Pensábamos que iba a ser más corta, pero se va alargando en el tiempo. ¿Qué ocurrirá tras el aislamiento? Se espera que en España ocurra lo mismo que en China y que las demandas de divorcio se incrementen en cuanto la gente pueda empezar a salir de sus casas.

Los componentes de cada pareja deben tener sus momentos, su individualidad. Ahora mismo estamos obligados a convivir y eso hace que surjan roces, discusiones y problemas que, de otra manera, no saldrían a la luz. Es una situación difícil y cuanto más pequeña sea la casa y más personas vivan en ella, peor.

Cada uno debe tener su propio espacio dentro de la casa para evitar roces. Asimismo, el reparto de tareas es fundamental. Si cada uno tiene su función dentro del organigrama familiar, todo será más sencillo.

El problema surge cuando aparece el deseo en una de las partes y no en la otra. El deseo es un sentimiento que, para que se manifieste, necesita superar el miedo y las incomodidades de esta situación. Para algunos, el placer es un mecanismo de supervivencia ya que se generan endorfinas que nos hacen sentir bien. Para otros es inviable que su pareja muestre tanto deseo porque, debido a la situación, no conectan con sus energía sexual. Es importante generar deseo en la otra persona dejándole su espacio, ayudando dentro de lo posible, cumpliendo con las tareas asignadas...

La sexualidad femenina es muy diferente de la masculina. Esto provoca que cuando uno quiere, al otro no le apetezca. Es importante que a los dos les apetezca, buscar espacios, temas, etc en los que ambos conecten. El placer que experimenten será una inyección de autoestima. Las demostraciones de cariño ayudan a superar la incertidumbre y el miedo.

Durante este tiempo han aumentado las conversaciones en páginas de contactos y las videollamadas. Mucha gente se ha lanzado a la aventura de conocer gente y buscar sexo a través de internet (apps y redes sociales). También se ha disparado el consumo de pornografía.

El coronavirus cambió nuestra vida drástricamente y lo último en lo que pensábamos era en sexo. Tras esa incertidumbre y miedo inicial se ha vuelto a despertar el apetito sexual. En muchos casos surge por el deseo de experimentar  sensaciones que nos hagan sentir vivos y, como sabemos, el sexo es una de las mejores maneras de lograrlo.

Quienes viven solos y confinados optan por relaciones vía sexting, apps de contactos, videollamadas, teléfono... En cambio, las parejas que pasan juntas este periodo tienen dudas sobre qué hacer y qué no hacer en lo que a sexo se refiere. Hasta el momento, ya que sabemos que cada día se descubren cosas nuevas sobre el tema, se sabe que las vías de contagio son la saliva, la mucosidad y las heces, pero no los fluidos íntimos. Por lo tanto, el riesgo estaría en el contacto oral (besos) o anal, pero no en el contacto genital. 

El virus se propaga principalmente a través de las gotitas respitarorias de una persona infectada cuando tose, estornuda o habla muy cerca. Estas gotitas pueden caer en la boca o nariz de quienes están cerca o ser inhaladas y llegar a los pulmones. Con los besos, parte importante de los preliminares, se puede transmitir el virus y esto es, lógicamente, lo más arriesgado. Algunos especialistas creen que será mejor hacerlo en posturas que minimicen la transmisión aérea (de espalda) o usar mascarillas si se cree conveniente. 


SEXO SEGURO
  1. Informarse de las vías de contagio. Saliva, mucosidad y heces, no fluidos íntimos.
  2. Evitar encuentros sexuales con personas con las que no se convive.
  3. Mantener relaciones sexuales seguras. Tu mejor compañero sexual eres tú mismo. Cuida la higiene de tus manos y de los juguetes sexuales (si los utilizas). No recurras a relaciones presenciales esporádicas. Puedes mantener relaciones de manera virtual (aunque debes tener en cuenta los peligros del sexting)
  4. Cuidado durante las relaciones sexuales. Evitar besos y sexo anal. 
  5. Evita el sexo si tu pareja no se encuentra bien.
  6. Sigue utilizando medidas para prevenir enfermedades de transmisión sexual y/o embarazos no deseados.
  7. Lavar las manos después de las relaciones sexuales, la masturbación o el sexo virtual.
  8. Lavar y desinfectar teclados, teléfonos móviles y juguetes sexuales, aún cuando no hayan sido compartidos.






miércoles, 15 de abril de 2020

DUELO SIN DESPEDIDA

"Sin despedirnos o estar al lado de esa persona, sin velatorio, sin llorar juntos, sin abrazos... Así son las despedidas del COVID-19"

En la situación actual, muchas personas deben afrontar la pérdida de sus seres queridos sin despedida. A corto plazo puede provocar tristeza, culpa, frustración, injusticia, rabia o impotencia por no haber acompañado a un ser querido en sus últimos momentos. A medio plazo puede derivar en estrés postraumático y a esto hay que sumar la ansiedad de tener a otros familiares contagiados y temer también por su salud.

El duelo se puede definir como el conjunto de reacciones de tipo físico, emocional y social que se producen cuando fallece una persona próxima. Rituales del duelo como el velatorio, el funeral y el entierro ayudan a aceptar la muerte de un ser querido, aportan soporte emocional a través de la compañía de amigos y familiares y facilita un escenario donde canalizar las emociones, ya que en esos duros momentos cualquier muestra de dolor es aceptable y entendible. Ahora nos hemos quedado sin los modos de despedida tradicionales y nadie nos enseña a encontrar otros.

La ausencia de la despedida es un factor de alto riesgo para que se produzcan duelos patológicos, ya que dificultan la aceptación de la muerte o pueden generar la sensación de no creer que esa persona ha fallecido. En el caso del COVID-19 nos angustia pensar que nuestros seres queridos se han muerto solos, sin nuestra compañía. A esto se une no poder abrazarnos entre nosotros, consolarnos, llorar juntos y celebrar ritos de despedida. Todas estas despedidas se aplazarán hasta que todo esto pase.

Cada persona experimenta el duelo a su manera, en función de la vinculación con esa persona o en función de su propia personalidad. Cada persona necesita unos tiempos y tiene que decidir cómo lo quiere afrontar.

Es importante darse cuenta de que no han muerto solos, que en todo momento había sanitarios a su alrededor transmitiéndoles cariño y dedicación, que ellos eran consciente de las circunstancias excepcionales y que sabían por qué no estábamos con ellos. 

Cuando se da la noticia de la defunción a la familia es normal que haya crisis de llanto o cualquier manifestación de dolor. Es bueno que en ese momento se dejen salir las emociones porque bloquearlas, bloquearía la angustia. Si no se producen crisis de ansiedad, dejaremos salir el dolor sin medicación. Llorar alivia. Las lágrimas relajan y alivian la tensión.

Podemos escribir una carta póstuma a la persona que hemos perdido y volcar el ella todo lo que nos hubiera gustado decirle, manifestando nuestros sentimientos hacia ella y todo lo que ha aportado a nuestras vidas. 

También es bueno elegir una hora para quedar juntos, cada uno en su lugar de aislamiento, con un objeto que simbolice o represente a esa persona, un regalo, una fotografía. En ese momento podemos encender una vela, rezar, hacer una lectura previamente elegida... Se pueden hacer mediante una reunión virtual o cada uno desde su casa, sabiendo que los demás también lo están haciendo en la distancia. Los sentimientos, aunque estemos lejos, también nos unen.

El objetivo de todo esto es hacer real la pérdida, ya que cuando no hay despedidas, podemos entrar en un proceso de negación. Compartir el dolor con los seres queridos es importante para que estos actos tengan significado.

Otros consejos para superar el duelo son:
  • Permítete pasar tiempo solo para procesar lo sucedido, para sentir la pérdida pero sin aislarte. Decide quienes quieres que te acompañen emocionalmente y mantén contacto con ellos.
  • Intenta distraerte con otras actividades: tareas domésticas, deporte, relajación, meditación...
  • Si te llama mucha gente para darte el pésame y no estás preparado, diles que necesitas tiempo y lo entenderán.
  • Prepara un ritual para despedirte. Si tienes niños es bueno que ellos también participen. Puedes escribir una carta, conectar online con familiares cercanos, los niños pueden realizar un dibujo, etc. Cualquier forma es buena si te ayuda a despedirte de esa persona.
  • Usa tu imaginación. Ponte cómodo y visualiza esa despedida de la manera más vívida posible. Nuestro cuerpo generará emociones que nos harán sentir mejor. Intenta sentir el contacto, el olor, el calor... Recuerda momentos que has pasado con esa persona y revívelos.
Cuando se termine esta pandemia, podremos celebrar ceremonias y darnos los abrazos aplazados, pero en este momento debemos adaptarnos a las circunstancias. En algunos casos se desarrollará igualmente un duelo patológico y será recomendable consultar con profesionales e iniciar una terapia de apoyo y resolución del duelo.





miércoles, 1 de abril de 2020

QUÉ ES EL COVID-19

Los coronavirus no son virus nuevos, sino que conviven con el ser humano y afectan a muchas otras especies. Su potencial capacidad para saltar de una especie a otra hace que nos enfrentemos a nuevas infecciones. Hasta la fecha se han registrado 39 especies de coronavirus. Algunos de ellos son de reciente investigación, ya que no habían sido identificadas previamente en humanos.

Algunos coronavirus solo afectan a los animales, pero otros también pueden afectar a humanos. El catarro común es un tipo de coronavirus, pero estos pueden llegar a convertirse en enfermedades más graves.

En algunos casos se produce transmisión zoonótica, es decir, de animales a seres humanos, como en el caso del SARS-CoV (síndrome agudo de distrés respiratorio), que se transmitió de la civeta al ser humano, o del MERS-CoV (Síndrome respiratorio de Oriente Medio), que se transmitió del dromedario al ser humano. Los coronavirus que afectan al ser humano por transmisión zoonótica suelen causar problemas de salud epidémicos en brotes de mayor gravedad e impacto.

La mayoría de coronavirus conocidos que afectan al ser humano suelen dar lugar a cuadros respiratorios más o menos leves y la mayoría no tienen trascendencia clínica.

No conocemos el origen del coronavirus COVID-19, pero los estudios filogenéticos apuntan a que el virus procede de murciélagos y que ha llegado al ser humano a través de mutaciones o recombinaciones sufridas en un hospedador intermediario, probablemente algún animal vivo del mercado de Wuhan.

La mayoría de los coronavirus afectan a animales, pero a día de hoy hay 7 cepas de coronavirus humanos (HCoV). El último conocido es el Wuhan coronavirus, COVID-19 o neumonía de Wuhan.

Algunos virus han causado grandes pandemias (enfermedad infecciosa en un área geográfica extensa)  tras conseguir sobrepasar las barreras interespecies. Los virus, además, aprovechan las nuevas oportunidades generadas por la globalización: crecimiento de población, cambio climático, creciente urbanización, viajes internacionales, transacciones comerciales de productos entre países distantes, migraciones...

La transmisión inicial del coronavirus fue muy rápida y afectó a países del entorno. Además, China es una de las grandes potencias económicas mundiales y el número de viajes de negocios y transacciones con ese país es muy elevado, haciendo que aparecieran focos rápidamente en Europa y posteriormente en el continente americano.

Su transmisión se produce principalmente por el contacto con las secreciones respiratorias de una persona enferme a través de gotas de saliva expulsadas con la tos o el estornudo. Estas secreciones pueden infectar a otra persona si entran en contacto con su nariz, ojos o boca, ya sea directamente o a través de las manos. Estas gotas respiratorias se pueden transmitir a distancias de hasta 2 metros. Aunque la fuente más probable del COVID-19 es un animal vivo, no existen evidencias de que los animales domésticos puedan transmitir la enfermedad.

El COVID-19 se dio más en hombres (71%) con una edad media de 45 años, siendo casi inexistente la afectación en niños debido a la clínica leve o incluso a la ausencia de síntomas. El cuadro clínico varía desde un cuadro leve y de vías respiratorias altas con síntomas como disnea (ahogo o dificultad para respirar), tos seca, dolor de garganta o fiebre a partir de 38º, hasta neumonía grave, con sepsis y/o shock séptico.

Factores de riesgo: 
  • Edad: más de 60 años.
  • Enfermedad crónica: EPOC, diabetes, cardiopatía isquémica, fibrilación auricular, enfermedad renal crónica, insuficiencia hepática, hipertensión.
  • Estado de inmunosupresión
  • Neoplasia (tumoración) hace menos de 5 años.

Con estos datos, podemos clasificar a las personas infectadas por COVID-19 como:
  1. Leve sin factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  2. Leve con factores de riesgo. Aislamiento domiciliario con seguimiento telefónico a las 24 horas y seguimiento en consulta para volver a realizar exploración física en 48 horas. Recomendable la medición de temperatura corporal en domicilio.
  3. Moderado y grave. Traslado al hospital.

La herramienta terapéutica más eficaz con la que contamos es la prevención, y para ello debemos:
  • Evitar espacios cerrados con aglomeraciones.
  • Mantener al menos un metro de distancia de las personas con síntomas respiratorios por COVID-19 (tos y estornudos)
  • Higiene de manos frecuente, con desinfectante de manos a base de alcohol si las manos no están visiblemente sucias (durante 20-30 segundos) o con agua y jabón cuando estén visiblemente sucias (durante 40-60 segundos.
  • En caso de estornudar o toser, debemos cubrir la nariz y la boca con la cara interna del codo flexionado o con un pañuelo que desecharemos tras su uso realizando posteriormente la higiene de manos.
  • Evitar tocar la boca y la nariz.

Los casos leves se tratarán en el domicilio con el tratamiento de los síntomas. Los casos más complicados que requieran hospitalización precisan tratamiento más complejo de los síntomas. Hay que recordar que se trata de una infección vírica y que los ANTIBIÓTICOS NO SIRVEN PARA SU TRATAMIENTO. 

(Fuente: salusplay)


















LAS FOBIAS DEL COVID-19

"Estrés, ansiedad, depresión e insommio han sido las principales consecuencias del confinamiento" Agorafobia . Esta fobia se refie...