"El espacio personal es aquel que rodea a la persona y le permite interactuar con otras personas de manera cómoda y adecuada a las circunstancias"
Este espacio ha sido muy estudiado por los psicólogos debido al importante efecto modulador que ejerce en la manera de ralacionarse.
Las distancias interpersonales y el espacio personal varían mucho de unas culturas a otras, con lo cual, determinadas distancias pueden resultar confortables para algunas personas y en cambio ser intolerables para sujetos de otras culturas y sociedades. De este modo, las diversas formas de entender el espacio personal pueden dar lugar a equívocos y tensiones.
Hall ha puesto de manifiesto que la distancia que las personas mantienen al relacionarse con otros tiene un significado psicológico. Realizó diversos estudios a partir de observaciones en múltiples entrevistas y distinguió entre cuatro tipos de distancias de interacción en nuestro contexto cultural: zona íntima, zona personal, zona social y zona pública.
ZONA ÍNTIMA
Se corresponde con aquellas interacciones que se basan en el contacto físico. Los interlocutores se encuentran a una distancia de entre 15 y 45 cm. Es la distancia de las relaciones amorosas, los intercambios afectivos de amistad y de la relación entre padres e hijos, es decir, de aquellas personas de las que nos fiamos, ya que la llave de acceso a esta zona es la confianza En esta distancia las personas pueden percibir su aliento y olores corporales. Las comunicaciones se hacen mediante susurros o en voz baja. Cuando esta zona es violada, el individuo produce hormonas de afrontamiento y pasa a la defensiva.
Los individuos pasivos tienden a ser inseguros y no permiten a los demás acercarse con facilidad, aunque es frecuente que no consigan defender su zona íntima y sufran la intrusión con el resultado de entrar en pánico comunicacional.
Los agresivos, en cambio, tienden a invadir la zona íntima de los demás. El malestar de una crítica manipuladora emitida en la zona íntima se vive de un modo más intenso, porque la persona se siente indefensa, entre la espada y la pared. La policía, por ejemplo, recurre a la violación de la zona íntima durante los interrogatorios para debilitar la seguridad personal del sujeto. En el ejército, los superiores gritan en la cara de sus subordinados con el fin de resaltar la posición de impotencia y dependencia de éstos.
El asertivo, en cambio, se acerca cautelosamente a la zona íntima después de haber comprobado que es aceptado en la zona personal. A la mínima señal de defensa se da cuenta de que no tiene derecho de invadir la zona íntima del otro y retrocede. Además, acepta en su zona íntima solamente a personas con las cuales quiere crear un vínculo de intimidad y confianza y no sufre la intrusión de una persona con la cual intenta mantener una relación formal.
Depender la propia zona íntima es un derecho. Cuanto más reconozcamos el elevado estatus social de una persona más espacio concederemos a su zona íntima. Por ejemplo, un dependiente reconocerá más zona íntima a su jefe de la que su jefe le reconoce a él.
ZONA PERSONAL
Los interlocutores están separados por distancias de entre 45 y 120 cm. El acceso a la zona social es concedido a las personas con las que no tenemos intimidad para dejarlas acceder a nuestra zona íntima pero que, sin embargo, no son tan extrañas como para dejarlas en la zona social. Es la distancia utilizada con amigos y conocidos, parientes y todas aquellas personas con las que nos encontramos a gusto. Es característica de las conversaciones distendidas, cuando las personas conversan de manera cercana, relajada y manteniendo un tono de voz suave.
ZONA SOCIAL
Las interacciones se sitúan en distancias comprendidas entre 1,20 y 3,5 metros. Esta distancia se caracteriza porque en ella las relaciones adquieren un matiz más impersonal. Se produce en las transacciones comerciales, relaciones de trabajo, intercambios de información entre desconocidos... Ejemplos de ella son la interacción entre el empleado de una tienda y un cliente o entre personas de diferente estatus social.
ZONA PÚBLICA
Es aquella en la cual las interacciones se sitúan entre los 3,5 y los 7 metros. Tiene lugar en contextos eminentemente sociales tales como mítines, discursos e incluso en la escuela, cuando el profesor interactúa con el grupo de alumnos.
¿CUÁL ES LA DISTANCIA JUSTA?
No existe una distancia justa por si misma, ya que viene dictada por la situación. Las zonas a las que se debe prestar más atención son la íntima y la personal, ya que la violación de estar dos zonas tiende a comprometer la comunicación. Las zonas social y pública tienden a ser más neutrales.
La teoría descrita por Hall ha obtenido mucho respaldo. Se ha constatado que en las relaciones amistosas e informales que se producen en nuestro contexto cultural, las personas suelen preferir la distancia personal o la íntima, mientras que en relaciones más formales, con extraños o con gente poco conocida, se utilizan los otros dos tipos de distancia.
Otro factor que depende directamente de la distancia de interacción es el volumen de la voz. Se ha comprobado cómo a medida que aumenta la distancia de interacción es necesario ir elevando el tono de voz para hacerse oír con nitidez y se pasa gradualmente del susurro a un volumen de voz elevado.
Una de las razones que explican la necesidad de disponer de distancias personales consiste en evitar la molesta sensación de tensión o activación fisiológica que provoca la cercanía de otras personas, aunque la persistencia y energía con la que las personas luchan por mantener una distancia adecuada es un claro indicador de que este comportamiento está ligado a satisfacer necesidades importantes, entre ellas:
- Mantener la identidad personal y mostrarse como seres independientes y distintos de los demás. La violación del espacio personal puede ser vista como una intromisión a la intimidad.
- Protegerse de cualquier amenaza o peligro. El espacio personal es también como una especie de cabina protectora en situaciones de estrés.
- Sirve para controlar las interacciones con los demás, es decir, con quién y en qué grado de intimidad se desea establecer una relación. Por ejemplo, guardar una distancia considerable con otra persona puede ser una forma de transmitirle que no se desea establecer relación y, por el contrario una menor distancia permite seleccionar con quién se desea establecer relación.
En resumen, la distancia personal es un medio para regular el grado de privacidad deseado en una interacción determinada. Cabe destacar que esta distancia no es el único medio para regular la privacidad, sino que también se utilizan con este objeto otras formas de conducta no verbal como son la mirada y la sonrisa.
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