sábado, 1 de septiembre de 2018

ADICCIÓN A VIDEOJUEGOS. QUÉ HACER


"Hay que diferenciar entre uso y abuso, ya que los videojuegos pueden ser positivos o privarnos de nuestra salud y libertad"


La adicción a los videojuegos (consolas, móviles, ordenadores, etc.) significa una fuerte dependencia hacia los mismos que se caracteriza por ser una actividad que ocupa demasiado tiempo y su práctica continúa a pesar de conllevar consecuencias negativas. 

Debemos diferenciar entre uso y abuso, ya que el problema se genera cuando se desconoce dicho límite. Los videojuegos pueden ser muy entretenidos e incluso didácticos, convirtiéndose en un complemento más de las diferentes áreas de la vida de las personas. Sin embargo, cuando pasa largas horas en esta actividad, ésta deja de ser juego y se convierte en adicción, ya que pierde su libertad y pone en riesgo su salud. Si interfiere en las tareas vitales desde hace entre 6 meses y 1 año se puede hablar de adicción.


SÍNTOMAS 

  • Focalización: parece estar absorto en el juego y no atiende cuando le llaman.
  • Está en tensión e incluso aprieta las mandíbulas mientras juega.
  • No aparta la vista de la pantalla.
  • Pierde interés por otras actividades que antes practicaba.
  • Presenta dificultad para conciliar el sueño e incluso cambia los horarios.
  • Mayor distanciamiento de familia y amigos.
  • Problemas con los estudios.
  • No respeta los horarios estipulados.
  • Pérdida de control.
  • Ansiedad, irritabilidad, ira.
  • Fatiga
  • Trastornos de conducta.

CAUSAS 

  • Personalidad dependiente. 
  • Problemas familiares: falta de comunicación, incomprensión, separaciones complicadas, poca dedicación por motivos laborales...
  • Problemas escolares y/o sociales: escasa integración en un grupo de amigos, soledad, desmotivación escolar, escasez de habilidades sociales...


CONSECUENCIAS

  • Pérdida de la noción del tiempo. Pueden pasar horas frente a la pantalla sin tener noción del tiempo. Cuando no pueden jugar, solo piensa en hacerlo de nuevo. Pierden las pautas horarias para las comidas y pueden llegar a jugar sin saber si es de día o de noche, durmiendo solamente cuando ya no resisten el sueño.
  • Disminución de relaciones personales. Su atención está focalizada en los videojuegos, llegando a evitar eventos con amigos o familiares.
  • Disminución del rendimiento académico. Estudian menos y su calidad de tiempo en el aula es inferior. Se inicia un círculo vicioso: cuando llegan las primeras calificaciones bajas se desmotivan y dedican menos tiempo al estudio. Los adolescentes adictos a videojuegos suelen abandonar sus estudios.
  • Discusiones o problemas familiares. La confrontación provoca discusiones. Si la familia desconoce el problema notará cambios en la conducta sin conocer la causa. Si no hay buena comunicación se producirá distanciamiento e incomprensión.
  • Problemas económicos. Las alteraciones del sueño hacen que lleguen tarde al trabajo, poniendo en riesgo su puesto.
  • Problemas de salud física. El sedentarismo provoca problemas de obesidad, pero en niños y adolescentes que pasan mucho tiempo con los videojuegos se observan también problemas de hipertensión  y enfermedades cardíacas.

TRATAMIENTO

No existe un tratamiento como tal, pero sí una serie de medidas a llevar a cabo para evitar que ocurra. Estas medidas están dirigidas a padres y educadores:

  1. Comprobar el contenido de los juegos más utilizados y, si es necesario, sustituir los juegos violentos por otros más educativos.
  2. Animarlo a jugar en grupo fuera de casa para evitar su aislamiento y favorecer la interacción.
  3. Acordar con él los horarios y condiciones de juego. El tiempo no excederá de las 4-5 horas semanales y se utilizará como premio tras haber hecho sus deberes o las tareas asignadas.
  4. Escucha activa. En ocasiones el juego es una manera de comunicarse o de expresar un malestar en otras áreas de su vida. Debemos hablar con él para intentar entenderlo.
  5. No utilizar los videojuegos como niñera. No los dejes jugar más tiempo del establecido, porque tú estarás saltando los límites y no podrás esperar que en otro momento tus hijos lo respeten.
  6. Regula la compra de videojuegos. Jugar a lo mismo es aburrido y si no pueden acceder a nuevos videojuegos se desmotivarán y jugarán menos.
  7. Propón actividades alternativas. Deportes, juegos de mesa, actividades de dibujo y pintura, excursiones, actividades al aire libre...
  8.  Ocupar y organizar su tiempo de ocio: instrumentos musicales, idiomas, deporte...
  9. Involucrarnos en su tiempo de ocio y jugar con ellos.
  10. Enseñarles a tener una visión crítica de los videojuegos
Debemos tener en cuenta que, al igual que con otras adicciones, al principio puede haber un síndrome de abstinencia en el que se presentará irritabilidad y malhumor, pero no podemos ceder. También, tras periodos de abstinencia o control pueden aparecer las recaidas y debemos volver a aplicar las rutinas utilizadas para controlar de nuevo la situación.

En algunos casos, cuando estas medidas no tienen el efecto deseado, puede ser necesario contar con la ayuda de un psicólogo. Estas terapias incluyen cierto trabajo con los padres, para entrenarlos en aspectos comunicativos para ayudar a sus hijos en el día a día. Debemos recordar que estos problemas tienen tratamiento y que conviene pedir ayuda cuando no podemos atajarlo desde casa.





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