"Podemos criticar los comportamientos, no a las personas"
Hay dos tipos de críticas: las críticas constructivas y las críticas manipulativas.
CRÍTICAS CONSTRUCTIVAS
Nos propocionan información útil para la solución del problema o la naturaleza de la queja. Expresan una opinión justificada respecto a la situación. Están dirigidas al comportamiento, no a la persona.
Pueden ser un reproche por una equivocación cometida o una sugerencia desinteresada.
Las críticas constructivas se pueden afrontar de tres maneras diferentes:
- Gestión agresiva: se produce cuando las personas no son capaces de discriminar el elemento constructivo de la crítica y pasan al ataque poniendo fin a la comunicación.
- Gestión pasiva: también tienen dificultad para discernir el elemento constructivo en las críticas. Se sienten inmediatamente juzgados y emiten comportamientos de evasión cerrándose en sí mismos y poniendo fin a la comunicación.
- Gestión asertiva: son capaces de distinguir inmediatamente una crítica constructiva sacando provecho de los aspectos constructivos.
CRÍTICAS MANIPULATIVAS
Este tipo de críticas no proporcionan informaciones útiles para solucionar el problema. Se limitan a atacar nuestra integridad culpabilizándonos o interiorizándonos. Está dirigida a la persona, no al comportamiento.
Es un ataque a la integridad de la persona. El que recurre a este tipo de crítica no se mueve en una dirección constructiva, sino que tiende a emitir juicios sobre la persona que se ha equivocado.
Estas críticas también se pueden gestionar de tres maneras diferentes:
- Gestión agresiva: pasan al ataque porque la manipulación persiste.
- Gestión pasiva: se sienten inmediatamente juzgadas y emiten comportamientos de evitación cerrándose en sí mismos. La manipulación persiste. En algunos casos, las personas pasivas sometidas a críticas manipulativas pueden explotar emitiendo comportamientos agresivos. El resultado no cambia.
- Gestión asertiva: reconocen inmediatamente los elementos manipulativos en la crítica y recurren a técnicas verbales defensivas. De este modo, eluden la manipulación desviando al interlocutor hacia la crítica constructiva. La manipulación se extingue.
Las técnicas verbales asertivas para eludir la manipulación son:
- Pregunta negativa, para entender dónde nos hemos equivocado.
- Afirmación negativa, para admitir nuestro error una vez que lo hemos detectado.
- Disco rayado, cuando la manipulación persiste.
EJEMPLO
DIRECTOR: "Señor García, como de costumbre ha demostrado usted ser incapaz, su relación mensual da asco" (crítica manipulativa)
EMPLEADO: "¿Podría decirme por favor donde me he equivocado?" (pregunta negativa)
DIRECTOR: "¿Dónde se ha equivocado? Es todo lo que está equivocado" (crítica manipulativa)
EMPLEADO: "Si pudiese al menos indicarme un error, podría mejorar" (disco rayado + pregunta negativa)
DIRECTOR: "Este punto, por ejemplo, está totalmente fuera de lugar" (crítica constructiva, aunque se expresa en tono agresivo)
EMPLEADO: "Gracias por habérmelo dicho, en adelante tendré más cuidado. ¿Hay alguna otra cosa que no esté bien?" (aserción negativa + pregunta negativa)
DIRECTOR: "No, el resto está bien"
Con el fin de dominar con convicción las técnicas asertivas para eludir las manipulaciones allí donde un interlocutor desagradable puede suscitar en nosotros solamente desprecio y deseo de expresar nuestro desacuerdo, tenemos en cuenta la siguente analogía:
- El asertivo es como un karateca: aún siendo capaz de desencadenar ataques letales, sabe que su fuerza consiste en poder parar los ataques del adversario.
- Sabe que cuando el adversario desiste en la manipulación es porque ha reconocido su superioridad y se ha rendido.
- La persona asertiva razona por objetivos: quiere ganar la guerra, no la batalla.
La línea asertiva funciona a largo plazo, imponiendo a las relaciones humanas un estándar adecuado.
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