miércoles, 1 de agosto de 2018

CÓMO CREAR UN PERFIL PROFESIONAL


"Definir nuestro objetivo profesional nos permitirá conocer qué puestos de trabajo vamos a buscar y qué podemos ofrecer como candidatos"


Es importante saber realizar una óptima exposición de uno mismo a la hora de intentar conseguir un puesto laboral, pues una buena presentación de nuestros talentos es fundamental para transmitir el conjunto de nuestras actitudes, aptitudes, conocimientos y experiencia, de modo que la persona encargada de la selección de personal se pueda mostrar interesada en nosotros y nos dé la oportunidad de acceder a una entrevista de trabajo.

En Psicología, el perfil profesional son las cualidades innatas y ocultas de la persona, las cuales debe encontrar y analizar para alcanzar la profesión que desea. Es el conjunto de capacidades y competencias que posee una persona y que identifica la formación de la misma en relación a una profesión, que le permitirá encarar las responsabilidades, funciones y tareas propias de dicha ocupación.

Un perfil profesional bien elaborado puede marcar la diferencia respecto a otros candidatos. El análisis, valoración y creación de nuestro perfil profesional puede servirnos en numerosas ocasiones, pues cuenta con una triple funcionalidad: para introducirlo en el CV, como un párrafo breve justo debajo de los datos personales o en la carta de presentación a la hora de hablar de nosotros mismos. De esta manera, el seleccionador tendrá una idea de cómo somos y hacia dónde nos dirigimos antes de conocer qué hemos estudiado o qué experiencia tenemos. También nos puede ayudar a la hora de responder a determinadas preguntas en las entrevistas de trabajo.

Para realizar un perfil profesional es fundamental que la persona se conozca a sí misma  para tomar una decisión correcta. Hay muchos casos de personas que desempeñan empleos que no les satisfacen o no se les dan bien y esto es un inconveniente para encontrar la verdadera felicidad, sentirse bien y mantener una autoestima apropiada.

La mayoría de las personas son más felices cuando tienen un trabajo que les llena personalmente. Estas personas son más propensas a superarse personal y profesionalmente.

Cada persona es única, diferente e irrepetible y todos tenemos unas características personales que nos definen y por ello debemos buscar aquellas habilidades que nos hacen únicos con respecto a los demás.

El principal documento donde encontramos un perfil profesional es el curriculum vitae. Primero debemos hacernos una serie de preguntas para diseñar un perfil adecuado. Hemos de reflexionar sobre qué se nos da mejor y qué tipo de trabajo nos puede hacer más felices.  Nos haremos preguntas como ¿Qué busco? ¿Cuáles son mis intereses y motivaciones? ¿Qué puedo ofrecer? ¿Cuáles son mis aptitudes, actitudes, competencias, formación y experiencia? Las respuestas a estas preguntas sirven para el CV o para una entrevista.

A través del perfil debemos dejar claro cómo somos, para qué estamos capacitados, en qué ámbitos podemos aplicarlo y qué funciones podemos desempeñar. En este punto debemos definir aspectos como el tipo de empresa al que queremos optar (pública, privada, mixta, familiar...), el sector con el que se relaciona (educación, sanidad, hostelería...), el trabajo en sí (funciones a desarrollar), el grado o nivel que se requiere (auxiliar técnico, gerente, director...) y el horario de preferencia (mañana, tarde, noche, rotativo, indiferente).

Muchas personas creen que es imposible encontrar un trabajo diferente o algo que les llene realmente, pero es un error. No importa la edad ni los estudios, ya que si tenemos afán de superación y buena autoestima podremos conseguir lo que deseemos. Por eso es tan importante conocerse a uno mismo antes de redactar un perfil profesional.  Es necesario conocerse, valorarse y aceptarse para conseguir una autoestima alta y apropiada, que nos ayudará a superar cualquier miedo o inconveniente, además de contar con la habilidad de superarse personalmente y conseguir cualquier reto que se propongan.

Nuestro perfil profesional viene determinado por nuestra personalidad, habilidades, valores e intereses profesionales. Cada uno decidirá qué le conviene destacar: puntos fuertes, conocimientos, competencias, habilidades, intereses o motivaciones profesionales. Debemos ser claros y concretos, resaltando aspectos de nuestra trayectoria relacionados con la oferta a la que nos estamos presentando. Debemos reflejar también nuestra personalidad, destacando las características que creemos poseer y que pueden generar una diferencia en el momento de la selección.

No es recomendable copiar modelos. Debemos indicar cómo somos, cómo nos comportamos tanto en nuestra vida diaria como en el ámbito laboral. Tenemos que analizar y destacar adjetivos que nos definan, como por ejemplo, positivo, extrovertido, organizado, proactivo, afable, con sentido del humor, puntual, autocrítico, etc.

También es importante atender a nuestras habilidades haciéndonos preguntas como ¿Qué sé hacer bien? ¿Qué soy capaz de hacer? ¿Qué sería capaz de aprender a hacer? ¿Qué habilidad se me daría bien? ¿En qué destaco? ¿Qué acciones hago mejor que otros o en qué trabajos creo que puedo ser único?

Los valores son la base para definir las prioridades, la base de pensamientos y creencias. Generan coherencia entre lo que pensamos y nuestra forma de actuar. Puedes definirlos haciéndote preguntas como ¿Cuáles son mis metas u objetivos y por qué son tan importantes para mi? ¿Qué es importante en mi vida profesional? Es necesario pensar cada respuesta y ser muy sincero. Estos valores son muy subjetivos y contribuyen al bienestar personal. Podemos identificar valores profesionales relacionados con: 
  • La creatividad y el desarrollo profesional: prestigio, independencia, responsabilidad, poder desarrollar nuevas ideas y teorías.
  •  El trabajo y sus características: variedad, trabajo rutinario, trabajo físico, trabajo intelectual, flexibilidad horaria, trabajo en equipo...
  • El salario: remuneración económica, reconocimiento del rendimiento en el trabajo, lealtad a la empresa...
  • El ambiente y la gestión en el lugar de trabajo: buen ambiente, estabilidad laboral, empresa grande o pequeña, buena dirección...
Por último debemos detenernos en nuestros  intereses profesionales, es decir, los trabajos que más nos gustan y con los que más nos identificamos, el porqué de nuestra elección y la preferencia por esas ocupaciones. 

Los intereses y los valores son muy subjetivos y son numerosas las razones que nos harían decantarnos por un trabajo u otro. Ahora tienes que identificar cuáles son los tuyos.


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