"La codependencia es un círculo vicioso tóxico dentro de la relación: la
felicidad de uno depende de la otra persona y a su vez, la felicidad de
este último depende de la necesidad de apego del primero"
La codependencia es una adicción hacia la dependencia de otra persona. Se puede dar en relaciones de pareja o dentro de la familia (por ejemplo, entre una madre y un hijo). En las relaciones de dependencia muy marcada, la persona dependiente siente que necesita al otro para seguir viviendo. Es una dependencia psicológica en la que está muy implicada la parte emocional. Es pensar que el otro es imprescindible o insustituible para sentirnos bien y su presencia es una condición necesaria para que esto suceda.
En ocasiones, no solo un miembro de la pareja se encuentra apegado al otro, sino que ambos dependen uno del otro pero de manera difetente. Esto es la codependencia emocional: hay un miembro dependiente cuya felicidad depende de que su pareja esté a su lado y no le abandone y hay otro, también dependiente, pero a la propia dependencia de su pareja.
La persona codependiente es una especie de controlador y manipulador silencioso, que pasa el tiempo pendiente de conseguir lo que cree que su pareja necesita. En este intento de proteger al otro deja de ser él mismo. No es una relación sana y tiene efecto negativo en la felicidad de la persona codependiente y de la pareja. Puede afectar a su trabajo, su salud e incluso otras relaciones interpersonales.
CAUSAS
Todos estamos expuestos a entrar en un círculo de codependencia, pero algunas personas están más en riesgo que otras, como los individuos que crecieron en familias disfuncionales en las que uno o más miembros han sufrido alguna adicción, alcoholismo u otro trastorno psicológico invasivo. También en el caso de padres que son absorbidos por sus problemas y no prestan atención a sus hijos. Puede ocurrir incluso por un mal manejo en la dinámica familiar por la ausencia de uno de los padres, discusiones constantes, una separación...
CARACTERÍSTICAS
- Se sienten responsables de los sentimientos de su pareja. Gastan toda su energía en complacerla y hacen sacrificios constantes en su relación dejando a un lado sus propias necesidades.
- Se dejan llevar más por la parte emocional que por la racional. No tienen capacidad para resolver los problemas de su pareja. Tienen un déficit en relaciones interpersonales y pese a sacrificar su bienestar por el otro, no consiguen su propósito porque son mentalmente débiles.
- Se sienten usados y se victimizan cuando las cosas no salen bien. Utilizan gran parte de su energía para hacerse cargo de la vida del otro bajo el disfraz del altruismo y del querer ayudar de manera sincera. Cuando la ayuda o el consejo es ignorado o no apreciado, el codependiente se siente enfadado y maltratado. Es frecuente que recurran al chantaje emocional como un intento desesperado por hacer que los lazos que mantienen a la relación unida se mantengan fuertes. Esta estrategia genera malestar en el otro y consigue el efecto contrario, ya que deja claro que es manipulación.
- Tienen límites poco claros. Se lo toman todo como algo personal. Los límites son una especie de línea imaginaria entre los miembros de la pareja y cada uno sabe hasta donde llegar para no herir al otro. Por un lado, lo dan todo por la pareja; por otro, les culpan y les echan todo en cara a la mínima de cambio.
- Son controladores. Usan la manipulación y la culpa para controlar el comportamiento de los demás. Pueden ser tácticas insconcientes, pero el vacío y la necesidad de sentirse útiles los convierte en personas controladoras que buscan constantemente ofrecer ayuda a otros. No ofrecen ayuda real, sino que pretenden satisfacer sus necesidades a través de este comportamiento que parece altruista.
- Son obsesivos. Pasan demasiado tiempo pensando en otras personas y en cómo estarán. Esto viene provocado por su dependencia, su ansiedad y sus miedo. Se obsesionan cuando piensan en que han o podrían haber cometido un error, ya que lo valoran negativamente y no toleran la frustración.
- Tienen baja autoestima. Se valoran negativamente. Temen el rechazo y no se sienten a gusto consigo mismos.
- Habilidades sociales pobres. Ayudar a otros es positivo, pero cuando hay déficit de habilidades sociales, prestar ayuda se convierte en una gran dependencia que tiene como objetivo sentirse valorado y apreciado.
- Niegan la realidad. Esto ocurre especialmente frente a los problemas de la pareja y de la relación, aunque tienen una pobre capacidad para resolverlos.
- Atrapados en una relación tóxica. Pasan demasiado tiempo intentando cambiar a su pareja porque en realidad saben que son ellos los que tienen un problema que cambiar. Continúan en esta relación tóxica aún siendo conscientes de que no les beneficia.
- No son emocionalmente inteligentes. Se mienten a sí mismos y se excusan por el mal comportamiento de los demás. Debido a que evitan sus propios sentimientos y tienen una pobre capacidad de autoconocimiento y reflexión, desarrollan técnicas para mentirse a sí mismos sobre el comportamiento de los demás. No se conocen a sí mismos, no regulan sus emociones y no disponen de buenas habilidades comunicativas.
SÍNTOMAS
- Tendencia a pensar solamente en el bienestar del otro sin tener en cuenta sus propias necesidades.
- Sentido exagerado de responsabilidad por las acciones de otros.
- Tendencia a confundir amor y lástima y llegar a "amar" a esa gente que quiere "rescatar".
- Tendencia a implicarse con individuos con problemas psicológicos o emocionales.
- Tendencia continua a hacer más de lo que le corresponde.
- Se sienten heridos cuando los demás no reconocen sus esfuerzos.
- Dependencia insana en las relaciones. Hará lo que considere oportuno para permanecer en una relación y evitar el sentimiento de abandono.
- Necesidad de aprobación y reconocimiento que gira alrededor de su pareja y de su propia sed insaciable de amor, reconocimiento y aprobación.
- Necesidad compulsiva de controlar a los demás.
- Falta de confianza en sí mismo y/o en otros.
- Dificultad para identificar sentimientos.
- Miedo al abandono.
- Rigidez y dificultad para adaptarse al cambio.
- Problemas de intimidad y límites.
- Enfado crónico.
- Falta de confianza personal en la toma de decisiones.
- Confusión y sentido de insuficiencia.
- Hipersensibilidad a la crítica.
- Rigidez y necesidad de control.
- Búsqueda constante de aprobación y afirmación.
- Creencia de que otros causan o son responsables de sus emociones y elecciones.
- Aislamiento y miedo a otras personas y resentimiento hacia figuras de autoridad.
- Dificultad para disfrutar.
TRATAMIENTO: PSICOTERAPIA
La psicoterapia individual, la terapia de pareja o la terapia grupal pueden ayudarles a entender por qué compensan el exceso, por qué cubren las necesidades de todos excepto las suyas o por qué se colocan en último lugar. El terapeuta les ayudará a identificar las tendencias codependientes, entender por qué empezaron a usar ciertas conductas y desarrollar el amor propio (autoafirmación) para que puedan sanar y transformar los viejos patrones por otros. Algunos aspectos a trabajar son:
- Mejorar el autocuidado
- Establecer límites, forzando a los demás a ser responsables de sus vidas para que el codependiente invierta tiempo y energía en sí mismo.
- Diferenciar entre apoyar y reparar. El apoyo incluye dar ánimos y la ayuda empática. El reparar a alguien es entrometerse y resolver problemas de personas que no son capaces de hacerlo por sí mismos.
- Reaprender a ayudar. Tiene que dejar lo que ha considerado como "ayudar" y reaprender a hacerlo.
- Aprender de patrones de familia. Identificar los patrones no sanos de codependencia en la familia permite entender la dinámica familiar que está siendo alimentada y que mantiene en pie las conductas codependientes que se quieren evitar.
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