"Las emociones son energías muy útiles"
La emoción es una transformación de la energía que impulsa a la acción en una dirección específica. Las emociones establecen dos tipos de relaciones:
- Relación cuerpo-mente. Una emoción es un malestar o un bienestar en el cuerpo, son respuestas viscerales del organismo a estímulos internos y externos. La mente es responsable de interpretar las sensaciones que recibe desde el cuerpo y de darles significado. Por ejemplo, un abrazo para unos puede ser una forma de afecto (amor) y para otros un exceso de contacto (rechazo).
- Relación cuerpo-mundo. Las emociones que siente el cuerpo e interpreta la mente, han de convertirse en motores de acción y cambio en el mundo interno y externo, es decir, un impulso para actuar porque las emociones son formas de estar y de reaccionar con el mundo. Podemos decir que una persona es "muy irritable" por sus reacciones (respuesta de ataque) y por su forma de estar en el mundo (actitud defensiva).
PARA QUÉ SIRVEN
- Para adaptarse al mundo. Nos ayudan a manejar situaciones difíciles. Muchas veces desordenan para ordenar, buscan corregir aquello que nos dificulta la vida. Dan información relevante para nuestra supervivencia con el objeto de volver al equilibrio y el bienestar.
- Para relacionarse con los demás. En este caso puede producirse a dos niveles. El primero es el interpersonal, donde comunica a otras personas lo que nos sucede a través de información verbal o no verbal. Esto potencia y desarrolla las habilidades sociales. Sirve para identificar y comprender las emociones de otras personas a través de la empatía. Y en segundo lugar, el intrapersonal, que es la comunicación con uno mismo, la identificación, comprensión y control de las propias emociones
- Para motivarse. La emoción es la energía que potencia y dirige nuestra conducta y nos acerca hacia lo que deseamos (emociones positivas) o nos aleja o protege de los que nos causa daño (emociones negativas). Una conducta motivada es poner la emoción adecuada en la dirección de lo que uno desea hacer. Las emociones son también indispensables para la toma de decisiones o para la solución de conflictos porque orientan en la dirección de nuestros deseos.
QUÉ SUCEDE CUANDO NOS EMOCIONAMOS
Las emociones tienen un funcionamiento circular. Son como un globo que se hincha y se deshincha. Se activan y suben la tensión y poco a poco se aflojan y se desactivan a menos que se bloquee alguno de estos cinco procesos:
- Proceso cognitivo - pensamientos. ¿Me agrada esto que me está pasando?
- Procesos neurofisiológicos - respuesta del cerebro. ¿Qué siento en mi cuerpo?
- Tendencias motivacionales - emociones. ¿Esto me impulsa a actuar o a inhibirme?
- Expresión motora - comienza la acción. Se activa la conducta característica de cada emoción.
- Estado afectivo - subjetivo. ¿Qué significa para mi? ¿Puedo controlarlo?
Los primeros cuatro procesos pueden ser conscientes o automáticos. El estado afectivo es la parte consciente, la que permite el control voluntario de las emociones. Que las emociones sean circulares significa que los malestares y los bienestares emocionales son pasajeros.
CLASIFICACIÓN DE LAS EMOCIONES
En el lenguaje coloquial utilizamos distintas expresiones como sinónimo de emoción. El estado de ánimo es una emoción mitigada pero que dura más. El temperamento es la parte de nuestro estilo emocional ligada a la herencia biológica y a la genética. Los sentimientos son la parte de la emoción de la que tenemos mayor consciencia y a la que atribuimos un significado. En general, la emociones se dividen en primarias, secundarias, negativas, neutras y positivas.
- Emociones básicas o primarias. Son alegría, miedo, tristeza, ira, asco y sorpresa. Se reconocen por una expresión facial característica para cada una de ellas y son reconocidas por personas de distintas culturas, por lo cual se les otorga un carácter universal. Son innatas, pero pueden ser modeladas por la experiencia. Tienen circuitos cerebrales específicos para cada una de ellas y se pueden entrenar. Su duración es breve.
- Emociones secundarias. Son la culpa, la vergüenza, la envidia, el amor, la felicidad, etc...Surgen a partir de las primarias. Sus respuestas varían de unos individuos a otros y están condicionadas por la cultura y el aprendizaje, por lo que aparecen más tarde en el ciclo evolutivo. Son propias del ser humano. Algunas se corresponden con las emociones primarias (por ejemplo, la hostilidad estaría relacionada con la ira y la felicidad con la alegría). En otras es determinante la educación, como en el caso de la culpa, la vergüenza o el orgullo. Estas se conocen como emociones autoconscientes, emociones sociales, (tienen lugar cuando interactuamos con los demás) o emociones morales (porque están involucradas las creencias sobre lo que se considera correcto o incorrecto, deseable o indeseable, moral o inmoral).
- Emociones negativas. Son el miedo, la ira, la tristeza y el asco. Implican sensaciones desagradables y valoran la situación como dañina, protegiéndonos de las amenazas externas. Juegan un papel importante en el bienestar porque focalizan la atención e incrementan el pensamiento analítico. El sesgo negativista, en cambio, hace que algunas personas se centren en exceso en los aspectos negativos de la realidad y son capaces de cuestionarlo todo excepto sus pensamientos negativos.
- Emociones neutras. La sorpresa es la emoción más neutra. Son emociones ambiguas que tienen como finalidad el facilitar la aparición de posteriores estados emocionales como la ira, el miedo, la alegría o el amor.
- Emociones positivas. La única emoción positiva básica es la alegría. Producen sensaciones agradables o placenteras. Están vinculadas al bienestar porque mejoran nuestras habilidades y la conexión con los demás. Nos ayudan a avanzar y a seguir progresando. Están asociadas a la creatividad y la innovación. Existe un sesgo positivista, ya que la positividad excesiva supone errores de cálculo y dificultad para encontrar soluciones realistas por un exceso de euforia.
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