martes, 13 de noviembre de 2018

GESTIÓN EMOCIONAL

"La vida sería más fácil si desde la infancia nos enseñaran a identificar y gestionar emociones. Pero nunca es tarde y podemos hacerlo ahora".



Las emociones se pueden gestionar y, cuando somos capaces de hacerlo, nuestras posibilidades crecen tanto a nivel personal como profesional. Para ello es importante conocer como reaccionamos ante los estímulos que nos rodean. Esto nos ayudará a no gastar fuerza y energía de forma inadecuada e innecesaria. 

En muchas ocasiones confundimos los sentimientos porque no nos tomamos el tiempo suficiente para conocer y comprender las emociones y cómo nos afectan.  Lo primero que debemos hacer es conocer e identificar los sentimientos en nosotros mismos para poder distinguirlos y dar el paso siguiente, que es aprender a gestionar con eficacia nuestras propias emociones.

Fases para identificar y gestionar emociones:
  1. Identificar emociones. Lo que hace complejas las emociones es el hecho de que se suelen producir varias a la vez. 
  2. Solo cuando identifiques las emociones podrás profundizar, analizar y tomar decisiones al respecto. Separar e identificar emociones permite saber qué sentimos, aprender a conocernos mejor y afrontar nuestros retos de forma eficaz.


CLAVES PARA GESTIONAR EMOCIONES

  1. No existen emociones negativas, sino estímulos que llevan a experimentar determinadas emociones. Tenemos que aprender a interpretar el mensaje que comunica cada una de ella porque son una guía para saber que algo sucede y que debemos abordarlo.
  2. Siente, así aprenderás a gestionar tus emociones. No debemos reprimir emociones o sentimientos, porque lo reprimido puede retornar de mala manera desatando en muchos casos tormentas internas. Si aceptamos lo que sentimos será más fácil gestionar emociones.
  3. Observa, préstales atención para comenzar a canalizar tus emociones. Pregúntate: ¿Qué estoy sintiendo? Intenta ponerle el nombre exacto, porque cuanto más precisa sea la identificación más fácilmente llegaremos a comprender el porqué de esas emociones.
  4. Ser críticos con nuestras emociones. Muchos pensamientos surgen de manera mecánica y los pensamientos no son la realidad, sino un filtro de la realidad. Eso nos lleva a sentirnos de una determinada manera frente a lo que sucede y en muchas ocasiones nos equivocamos. Solamente conseguiremos gestionar esas ideas cuando no nos dejamos llevar por ellas.


TÉCNICAS DE GESTIÓN EMOCIONAL

  • Situaciones que evitar y situaciones que afrontar. No siempre podemos controlar lo que sucede. Sin embargo, hay situaciones que están bajo nuestro control y que podríamos evitar para ganar en bienestar e integridad personal y hay otras que tenemos que encarar para superar nuestros miedos (por ejemplo, si salir de casa con el tiempo justo hace que vaya con prisa y de mal humor, me levantaré antes para ir con calma ; si comer el domingo con la familia me genera ansiedad y tensión, propondré otras opciones para evitar esa situación; en cambio, me enfrentaré a viajar en público o a viajar en avión para no perder mi trabajo).
  • Dirige tu atención a otro sitio. Hay situaciones que solo consiguen poner más tensión, alimentar el miedo, bajar la autoestima y perder el control de nuestra realidad. Debemos aprender a desplazar nuestra mirada del entorno inmediato y su complejidad para dirigirla hacia nuestro interior. Estaremos ahí durante un tiempo para atendernos, cuidarnos, escucharnos y volver a encontrar el equilibrio. Aplicaremos esta técnica en el día a día. (ejemplo: cuando pensamos que va a pasar algo malo, cuando creemos que tendremos un accidente, cuando vemos malas noticias en el periódico, cuando a otro le va mejor que a ti...).
  • Mejora tu autocontrol situando tu mirada en el futuro inmediato. En ocasiones, nuestro presente está habitado por el temor, el estrés, el caos y la frustración. A partir de hoy piensa en el futuro más próximo (ejemplo: quiero sentirme bien, quiero conseguir esto, quiero que ocurra lo otro, quiero sentirme seguro de mi mismo...). Usa la reafirmación, recuerda tus virtudes y tus éxitos del pasado para situar tus esperanzas en ese futuro inmediato.
  • Las preocupaciones quedan relegadas a un solo momento al día. No permitas que las preocupaciones, los miedos y la ansiedad apaguen tu optimismo y tu potencial. Cada vez que aparezca una preocupación, posponla, déjala para más tarde y establece un momento de día cuando estés en calma y relajado, una hora donde, papel en mano, puedas reflexionar y buscar una solución.
  • ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? De vez en cuando nos obsesionamos y no hallamos salida. (Pensamientos como "me van a despedir del trabajo", "Mi pareja no me hace caso"...). Preguntémonos qué puede ocurrir si lo peor de nuestro temor sucede, pero hagámoslo proponiendo una solución (ejemplo: "si me despiden del trabajo puede que me decida por iniciar ese proyecto personal", "Si mi pareja no me hace caso hablaré con ella y, si la relación no funciona, lo asumiré y avanzaré").
  • Medita para relajar cuerpo y mente. Para que esta estrategia funcione se requiere práctica frecuente. La clave está en la constancia y en la paciencia. La meditación es eficaz para regular los pensamientos intrusivos, reducir el estrés, mejorar la atención y canalizar la ansiedad del día a día.
  • Encuentra tu vía de escape, tu canal de expresión. Unos lo encuentran en la escritura, otros dibujan o pintan, otros salen a correr o se abrazan en silencio, los hay que toman un café con amigos, otros leen, escuchan música, pasean con sus mascotas o buscan instantes de soledad. Cada uno tiene que encontrar la suya. Cada uno tiene que encontrar su técnica de gestión emocional por su cuenta, en el momento menos pensado y con esa actividad que nos permite encontrar la armonía con el mundo y con nosotros mismos. 
Aprender a gestionar emociones de manera inteligente implica estar plenamente despiertos, atentos y enfocados hacia nuestro mundo interno. Al principio puede resultar difícil, pero los beneficios que nos aporta valen la pena.












No hay comentarios:

Publicar un comentario

LAS FOBIAS DEL COVID-19

"Estrés, ansiedad, depresión e insommio han sido las principales consecuencias del confinamiento" Agorafobia . Esta fobia se refie...